Por Raúl Hernández Moreno
Han transcurrido 88 días de las campañas federales y 43 de las locales. Y la verdad es que ya fastidian.
En el caso de las federales, cuando arrancaron las pre-campañas todos supusimos que sería una elección de tercios. Nos equivocamos desde el principio. Nunca hubo tal competencia. Al pasar los meses, de nuevo nos equivocamos al suponer que sería una elección de dos. Hoy, a menos de una semana de la elección, todo apunta a que será una elección de un puntero y dos que se disputan el segundo lugar, pero alejadísimos del primero. Les puede ganar 2 a 1 y hasta 3 a 1.
Al saberse perdidos, Anaya y Meade juegan con las encuestas, pero sus ejercicios terminan por hundirlos más. Quieren convencer que los indecisos se pueden ir con ellos y ayudarlos a ganar. ¿Y si se van con el puntero?
Deberían de hacerle caso al senador Roberto Gil Zuarth quien después de renunciar al PAN, les sugirió a los opositores recibir la mano de López Obrador que se las ofreció para construir consensos en bien del país. En vez de atender la sugerencia, se han dedicado a intentar destruirlo.
En el exterior, los gobiernos europeos, asiáticos, Estados Unidos, Canadá y toda Latinoamérica dan por cierto el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y están en espera de su primer mensaje sobre el trato a los inversionistas. Ese mensaje es fundamental para garantizar que miles de millones de dólares sigan llegando al país en calidad de inversiones que permitan apuntalar el desarrollo que nomás no se puede generar de manera interna.
Después de las elecciones viene una etapa de reconciliación nacional en la que deben estar incluidos todos.
Y a nivel local, la competencia es de dos, entre el PAN y Morena y un PRI que se quedo rezagado, porque nunca ha sabido ser opositor y se quedó en el Limbo, en espera de que alguien le señalara el camino a seguir.
Todo apunta a que será una elección cerrada. El PAN busca ganar la presidencia municipal por tercera ocasión, apoyado en el trabajo realizado en el último año y medio a nivel municipal y estatal y en el cual se incluye a más de 40 mil familias apoyadas con despensas y becas que pueden generarle votos de agradecimiento.
Morena, a su vez, desarrolla una campaña muy sui generis, a la que se han sumado canturosistas, panistas, priistas, perredistas y que entre sus activos tiene el efecto AMLO, que en el pasado le garantizó no menos de 30 mil votos, sin que sus candidatos locales hicieran campaña.
Nadie sabe de qué impacto será el efecto AMLO en esta ocasión, pero si recordamos que en el 2000 y el 2012, los candidatos del PAN no hicieron campaña y lograron 60 mil y 76 mil votos, gracias al efecto Fox y Josefina Vázquez.
Vamos a tener una elección que ha sido histórica por la participación de tres ex alcaldes, uno de ellos con licencia.