Por Raúl Hernández Moreno
Este año el PRI recibió del IETAM recursos económicos por 48 millones de pesos, de los cuales 37 millones 048 mil 396 fue financiamiento para actividades ordinarias y 11 millones 114 mil, 050 para actividades de promoción del voto.
De estos 48 millones, al PRI se le descontaron 15 millones 747 mil pesos, por multas impuestas en el proceso electoral 2016, pero ejecutadas hasta este año.
De 48 millones le quedaron 33, nada mal, aunque lejanos están los días en que además de las prerrogativas oficiales, el PRI tenía acceso a los recursos no legales, provenientes del gobierno estatal y municipal y los cuales llegaban multiplicados por 10, por 15, por 50 veces las prerrogativas oficiales. Alguna vez aquí se enviaron más de 60 millones de pesos para una campaña.
En el 2018, el IETAM distribuyó una bolsa de 176 millones 191 mil 052 pesos entre los partidos políticos, excluido el PRD y PT; para el 2019, la bolsa aumenta 196 millones 126 mil 958 pesos, que se distribuirán entre el PAN, Morena y PRI, los demás quedaron fuera.
Habiendo quedado en el tercer lugar, el PRI recibirá un jugoso financiamiento que ya quisiera cualquier asociación civil dedicada a hacer el bien, sin mirar a quien.
Para ser un partido del que solo quedan despojos, al PRI no le irá nada mal en el aspecto económico, aunque estos recursos se quedan en el comité directivo estatal, en tanto que a los municipios se les abandona a su suerte y por eso luego les cortan la luz, pues no tienen dinero para algo tan elemental.
Y si a los comités municipales se les abandona, la suerte de sectores y organizaciones está peor: esos ni la bendición reciben y son sus propios militantes los que solventan los gastos que requiere la organización.
En el PRI de Tamaulipas vamos a seguir viendo un comité directivo estatal que gozará de cierta holgura económica, suficiente para el pago de servicios públicos, los sueldos de su burocracia y los lujos para su dirigencia; por otro lado vamos a ver comités municipales abandonados, a los que no se les manda nada, o casi nada, de las prerrogativas gubernamentales. He ahí porque algunos se interesan en pelear los“despojos”. No hay ideologías, principios, ni moral, solo el interés de cobrar un jugoso sueldo. Total, nadie les pide que den resultados positivos.
El abandono a los comités municipales se replica con los sectores y organizaciones estatales y por eso vemos las muestras de rechazo del MT, CNOP y CTM, por la ausencia de apoyos.
Se acabó la jauja en el PRI, al menos esa que se distribuía entre todos, pues desde hace dos años, esa jauja si se quedó en el comité directivo estatal y por eso vimos a personajes siniestros como Rafael Benavides, Zída Zulema y Sergio Guajardo que a pesar de la manera vergonzosa en que perdieron se empecinaron en mantenerse algunos meses, porque eso les permitía tener ingresos de unos 150 mil pesos mensuales, a costa del presupuesto que el IETAM le asigna al PRI.