Por Raúl Hernández Moreno
Los partidos han puesto sobre la mesa sus cartas para el actual proceso electoral.
El PAN se la va a jugar con Manuel Canales Bermea, Imelda Sanmiguel Sánchez y Félix García Aguiar; el PRI con Baudelia Juárez García, Horacio Seoane Yeme y Laura Valdez Covarrubias: Morena, Oscar Alarcón Cantú, Diana Cantú y Jaime Alberto Barrera: el MC, Nereo Villarreal Ibarra, Kimberly Sánchez Nieto y Martha Salas; el PRD, Jovita de la Cruz Oceguera, Luz Carlos Martínez Luna y Juan Félix Vivian Garza; y Verde, Rodolfo Garza del Río, Hilda Requena Ruiz y Larissa Gabriela Ramírez Díaz; Octavio Almanza Hernández, como candidato independiente en el Distrito 2.
Del PT nada se sabe.
Como candidatos plurinominales, van en buenos lugares cuatro neolaredenses. Yahleel Abdala Carmona va en el número 1 de la lista del PRI; Carmen Lilia Canturosas Villarreal en el 3 de Morena; José Constantino Solís en el 1 del PRD; y Adriana Ramírez Rubio en el 3 del MC. Yahleel y Carmen Lilia están seguras, Constantino tiene ligeras posibilidades y Adriana está descartada.
El exgobernador Egidio Torre Cantú sigue controlando al PRI. Impuso a Yahleel en el número 1, a su sobrino Carlos Morris en el 4 y a Alejandra Cárdenas en el 5. En el 2 va Florentino Sáenz, en el 3 Olga Garza y en el 6 Benito Sáenz. Los primeros 4 prácticamente están amarrados.
En este proceso electoral el PAN prácticamente va solo, tiene rivales de poco peso, con un PRI que registro candidatos por mero formulismo y para conservar sus prerrogativas y un Morena que se cuelga de la imagen del Presidente de la República, imagen que en los últimos días se ha empezado a deteriorar.
A Morena los electores le pueden pasar la factura por las promesas incumplidas del Presidente, desde no bajar el precio de la gasolina, el engaño del IVA y el nulo combate a la corrupción y a la impunidad, entre otras cosas. Además enfrenta problemas internos que trascienden al exterior.
El PAN ha ganado las seis últimas elecciones realizadas en Nuevo Laredo, las tres federales del 2012, 2015 y 2018 y las tres locales, de 2013, 2016 y 2016. En el 2015, aclaramos, el PRI ganó la diputación federal por los votos que le dio la ribereña, pero en Nuevo Laredo el PAN le sacó ventaja.
Esto de tener rivales débiles puede ser más un problema que una ventaja. Con rivales fuertes, el PAN se hubiera visto motivado a lanzarse con todo, a trabajar mejor el territorio, a ser más creativo.
El PAN no debe confiarse. La campaña no empieza aún. Haría bien en llegar a la competencia convencido de que puede perder, para que nada se deje al azar.
Para los panistas locales es un aliciente el que Imelda Sanmiguel y Manuel Canales compitan entre sí, convencidos de que entre más ruidosa se a la victoria más los acercará a la presidencia municipal. Esto obliga a los simpatizantes de ambos, a hacer la mejor de las campañas.