Por Raúl Hernández Moreno
A Guadalupe Carmona, Mamá Lupita, la regiduría le cayó de perlas.
Ramón Cantú no la conocía, pero decidió invitarla a encabezar su planilla de regidores, porque alguien se la recomendó.
En pleno proceso, cuando ya tuvo más elementos de juicio sobre ella, quiso reemplazarla por Juan Felipe Godinez, pero se encontró con que legalmente la primera posición tenía que ser para una mujer. Y Mamá Lupita se quedó.
Cuando el IETAM confirmó que los 5,999 votos obtenidos por Ramón Cantú le bastaban para tener un regidor, creyó que con Mamá Lupita tendría una amiga en el cabildo, una aliada incondicional. Se equivoco: Mamá Lupita no sigue más intereses más que los propios. Desde un principio jaló para su santo y se convirtió en una convidada de palo en el cabildo, pues nunca cuestiona, no propone, no debate, no participa de ninguna manera, más que para pedir que se liberen los permisos para nuevos taxis y poder echar a andar los carros suyos que tiene parados.
Mamá Lupita alcanzó como regidora un status que no conocía. Le agarro gusto participar en comilonas y en recibir un generoso sueldo, a cambio de hacer muy poco: salvo las comelitonas, asistir a las juntas de cabildo y a uno que otro evento oficial, en el que su participación se limita a estar junto a las autoridades.
Cuando se llegó el tiempo del proceso electoral, a falta de un partido y de un padrino como Ramón Cantú, decidió promover su propio candidato independiente para encabezar la lista de regidores, convencida de obtener votos suficientes para ser reelecta.
Lanzó a Miguel Angel Santos Guatemala con la certeza de recabar por lo menos 12 mil firmas, de las 8,992 requeridas por el IETAM para poder obtener la candidatura.
Al señor Guatemala le fue mal, cerró con 6,567.
Desesperada porque su candidato no levantaba, días antes del plazo para presentar firmas, Mamá Lupita negoció con otro independiente, Víctor Vergara, a quien le ofreció firmas suficientes para lograr la validación, a cambio de encabezar la planilla de regidores.
El trato se acepto, y Mamá Lupita habría movilizado a su gente para aportarle miles de firmas a Vergara, más de dos mil el último día autorizado para presentarlas ante el IETAM.
Gustavo Pantoja, dirigente del Verde, busca anular el registro de Víctor Vergara. Hay sospechas de que las más de dos mil firmas entregadas el último día no se recabaron con la presencia física del ciudadano, sino a través de otros medios como pueden ser fotocopias, tomando datos de las listas nominales, en todo un proceso similar al que se dio a nivel nacional con Armando Ríos Piter y Jaime Rodríguez.
Es sano que el Verde presente esta denuncia, que el IETAM indague a fondo y si es verdad, que se le niegue el registro a Víctor Vergara y a todo su planilla, incluyendo a Mamá Lupita.
Que terquedad de seguir siendo regidora y qué mal deja a los independientes: tienen los mismos vicios que los políticos con partido.