Por Raúl Hernández Moreno
Un centro de convenciones en el que se invertirán 250 millones de pesos, un parque acuático, un nuevo estadio de beisbol –para lo cual se desmantelará el construido en la unidad deportiva del poniente- así como seis puentes vehiculares, es la oferta del alcalde Enrique Rivas Cuéllar para reactivar la economía y para aprovechar el dinero ahorrado en el Fideicomiso del Puente III.
Estas obras fueron planteadas en la junta de cabildo de hoy. Un día, antes, un grupo de nueve regidoras visitaron el terreno donde se pretende construir el centro de convenciones, el estadio de beisbol y el parque acuático. El ayuntamiento negocia la compra del terreno, ubicado al sur de la ciudad, por el área de la planta tratadora de aguas residuales.
En el caso del parque de beisbol se desmantelará el construido en la unidad deportiva del poniente para aprovechar su estructura y usarla en el nuevo y de esta manera se espera que la ubicación del estadio sea más atractiva para los aficionados.
Por lo que respecta al parque acuático se pretende que lo maneje una empresa especializada que garantice instalaciones de primer nivel y que los costos de mantenimiento salgan del cobro de las entradas.
Junto con estas obras, también se van a construir seis puentes vehiculares, uno de ellos en la carretera al aeropuerto y la avenida Monterrey, lo que contribuirá a dar mayor seguridad a los automovilistas que circulan por esa zona.
Todas estas obras se harán con recursos del Fideicomiso del Puente III, por concepto del peaje que se cobra a los camiones. Son alrededor de 800 millones de pesos lo que se tiene ahorrado.
La inversión permitirá por un lado incentivar la economía y al mismo tiempo generar obras que potencialicen el desarrollo de Nuevo Laredo.
En otro tema, el gobierno federal debe terminar con su política del avestruz en materia de seguridad, así como su estrategia de acusar a los criminales con sus mamás. Eso no funciona y hoy lo resiente Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad de la CDMX, que recibió una lluvia de más de 400 balas, por parte de una veintena de sicarios que gustan más de repartir balazos que abrazos. Esos, junto con saluditos cariñositos, se los dejan al Presidente López Obrador.
García recibió tres balazos y su estado de salud es estable, pero en cambio dos de sus escoltas si fallecieron, así como una mujer que circulaba por el sector.
Omar García es hijo del legendario policía Javier García Paniagua, ex director de la Dirección Federal de Seguridad y nieto del general Marcelino García Barragán, de 1964 a 1970, en plena crisis universitaria.
El atentado se dio horas después de que se detectó una camioneta cargada con explosivos afuera de la refinería de Salamanca, señal de que los grupos criminales no actúan con los abrazos que sugiere el presidente.