Raúl Hernández Moreno
El cabildo aprobó este día la construcción de dos centros de salud en las colonias Valles del Paraíso y en Palmares, con una inversión global de 16.6 millones de pesos, que beneficiarán a varios miles de personas.
Además, autorizó 18.7 millones de pesos para que el Fideicomiso del Centro Histórico realice mejoras en edificios y casas de ese sector, que contribuyan a mejorar la imagen de ese sector.
Más de 10 millones de pesos se destinarán a cambiar la imagen de la avenida Guerrero, desde la 15 de junio hasta Dr. Mier. El alcalde Enrique Rivas tiene interés en reactivar todo ese sector primero para beneficio del comercio, y en segundo, porque es la entrada para los turistas texanos, y estadounidenses en general, que llegan a Nuevo Laredo.
Esta zona requiere de mucha atención, desde mayor vigilancia, iluminación, limpieza, mayor presencia de restaurantes, bares y comercios en general, que sean un atractivo para visitantes, pero también para los locales.
Y la mejor forma de tener éxito es que las autoridades trabajen de la mano con comerciantes y vecinos del sector, para juntos decidir qué es lo que más conviene. Tomar decisiones unilaterales puede ser grave error.
En otro tema, el PRI no solo renuncio a recibir el financiamiento correspondiente a los tres últimos meses de este año, que en conjunto representan 258 millones de pesos, el 25 por ciento del total programado para el presente año, sino que además, ahora propone eliminar al 100 por ciento el financiamiento público a partir del 2018, cuando está pactado que los partidos reciban 11 mil 904 millones de pesos.
Esta cantidad corresponde al financiamiento del INE y el de los 32 organismos locales electorales.
Es una propuesta fabulosa para quienes están a favor de que se elimine el financiamiento o se reduzca, pero de eso a que sea aprobada, hay una gran diferencia. De hecho se antoja a un asunto mediático. El PRI sabe, o al menos eso imaginamos, que los demás partidos se van a oponer a que desaparezca el financiamiento, y si la propuesta llega al Congreso habrá un voto en contra y entonces podrá decir que estaba a favor, pero fueron los otros partidos los que se opusieron.
La otra opción sería que con el rechazo de los otros partidos, el PRI le pida al INE devolver los recursos que por derecho le corresponden a la Tesorería de la Federación, para tratar de abochornar a sus adversarios, lo que suena imposible pues los bribones no conocen la vergüenza.
El financiamiento público a los partidos se autorizó en 1987. Antes de eso las prerrogativas que el Estado les concedía eran las franquicias postal y telegráfica, que de hecho persisten, pero con la tecnología poco se usan.
De 1997 a la fecha, los partidos han recibido más de 75 mil millones de pesos por concepto de financiamiento público. En ese lapso han desparecido más de una veintena de partidos, a los que previamente se les entregaron recursos públicos para su operatividad. Fue dinero tirado a las alcantarillas, o peor, se tiro a los bolsillos de los dirigentes.