Raúl Hernández Moreno
Brigadas panistas estarán el próximo sábado, en la colonia Manuel Cavazos Lerma, como parte del programa “Más cerca de ti”, que semana a semana encabezan Imelda Sanmiguel y Daniel Tijerina.
Hombre clave en estas brigadas lo es Rubén Sierra, militante panista de hace muchos años y que sigue en espera de que alguna vez se le haga justicia y se le permita ser regidor.
Mientras esa oportunidad llega, él trae la camiseta bien puesta y no del 2013 para acá, como reprocha Jorge Salinas Falcón, a quienes hoy se desgarran las vestiduras por el PAN, pero lo hacen en tiempo de vacas gordas.
En cambio, militantes como Rubén Sierra, como José Luis Loredo, como el señor Salazar y muchos más, han estado en el PAN toda la vida. Les ha tocado sufrir múltiples derrotas y saborear las victorias del 2000, 2012, 2013, 2016.
Cuando el PAN no ganaba, encima sufría los desprecios ajenos. Muchos medios de comunicación no les publicaban una sola línea, no les difundían una sola palabra, porque les gustaba ostentarse como adictos al PRI, al viejo estilo de Emilio Azcárraga.
En fin.
¿Qué de extraordinario tiene que René Bejarano y Dolores Padierna renuncien al PRD para sumarse a Morena? ¿En qué beneficia a Andrés Manuel López Obrador?
No tiene nada de extraordinario, ni le suma. Bejarano y Dolores Padierna, estuvieron con AMLO en el 2000, en el 2006 y en el 2012. De la misma manera lo estuvieron quienes en los últimos años han estado renunciando al PRD o al PT, desde Pablo Gómez, Cuauhtémoc Cárdenas, los senadores Miguel Barbosa, Raúl Morón, Luz María Beristaín, Alejandro Encinas y muchos más.
Ninguno de ellos le suma, comparado el panorama actual con los procesos del 2000, 2006 y 2012.
En cambio, López Obrador ya no tiene el respaldo de un sector duro del PRD. No cuenta con la gracia de gobernadores como Arturo Núñez, Silvano Aureoles, Graco Ramírez y mucho menos de Miguel Ángel Mancera.
Tampoco está el grupo compacto de los Chuchos, ni el Movimiento Ciudadano de Dante Delgado Rannauro.
Los apoyos para el proceso electoral del 2018 no son los mismos que los tres procesos anteriores.
Aquí mismo en Nuevo Laredo no se ha registrado una migración de militantes de otros partidos hacia Morena, como lo vaticinó desde hace algunos meses el coordinador local Gastón Herrera, quien presume que hay carretadas de priístas, panistas y perredistas listos para irse a Morena.
Es cierto que algunos pocos perredistas se han ido a Morena, pero no mueven grupos y menos masas. Llegan solos, si acaso con su alma.
Tampoco han llegado carretadas de priístas y menos de panistas.
En cambio, cada vez es mayor el encono de los grupos morenistas con la forma tan desaseada con que opera Gastón Herrera. Cuando Gastón llegó a la dirigencia, ya había divisionismo, pero con él, se acrecentó. Y no se ve que pueda resolverse esta situación a corto plazo.