Por Raúl Hernández Moreno
El Consejo de Instituciones donó más de un centenar de teléfonos a niños de bajos recursos para que puedan atender sus clases a distancia. Son aparatos con un costo de más de 1,300 pesos y a los padres se les comprometió a cuidarlos y con la súplica de que no los vendan.
Los teléfonos son de gran utilidad pues con eso de las clases vía internet o por televisión, se ha comprobado que en muchos hogares no hay televisión, ni computadora, ni internet, lo que obstaculiza el aprendizaje.
Pese al beneficio, ahora resulta que hay quién protesta y se queja de que para que los teléfonos funcionen se les debe abonar 50 pesos mensuales, lo que a su juicio es un atropello. Como dice el dicho ¡Pelona y con piojos!
No hay que ser, recibir aparatos telefónicos gratuitos no es cualquier cosa y si a un padre de familia se le hace gravoso invertir 50 pesos mensuales para que el celular funcione, debe tener la decencia de no aceptarlo, que le sirva a otro niño.
El Presidente del Consejo de Instituciones, Fernando Rodríguez hizo un gran esfuerzo para convencer a empresarios para que donaran celulares y no se vale desacreditarlo. Al contrario, hay que aplaudirle su solidaridad con los que menos tienen.
Por cierto que Fernando Rodríguez hace algunos meses declaró que le gustaría ser candidato del PRI a la presidencia municipal. Igual hizo Salvador Arredondo, en tanto que en las redes sociales cobra impulso la figura de Santos Francisco Hernández, para que el PRI lo valore, pero también lo quiere Morena.
Diversos morenistas se han acercado con Santos Francisco y lo quieren en las filas de su partido, como candidato a diputado federal, a diputado local o a regidor. La idea es que se integre a Morena.
Santos Francisco fue secretario general del PRI cuando la presidenta era Mónica García Velázquez.
El PRI debe cuidar a sus militantes, que cada vez son más escasos. Se acabó el partidazo de antaño. Ya quedaron atrás los tiempos en que el PRI ganaba, sin importar a quién lanzaba como candidato. En cambio el PRI no gana en Nuevo Laredo ninguna elección desde el 2013. En el 2015 ganó la diputación federal gracias a los votos que le dieron los municipios de la ribereña, pero en Nuevo Laredo perdió. Esas derrotas consecutivas obligan a diseñar nuevas estrategias para que su militancia no se siga adelgazando, porque pensar en una victoria suena a una tarea casi imposible.
Si Fernando Rodríguez, Salvador Arredondo y Santos Francisco Hernández buscan ser tomados en cuenta, habrá que valorarlos y ofrecerles una respuesta de las razones para tomarlos en cuenta o rechazarlos. Que quieran participar, con todo y lo maltrecho que se encuentra el PRI, es aplaudible. Habla de que traen la camiseta del PRI bien puesta.