
Raúl Hernández Moreno
Alcaldes y regidores de Tamaulipas están en posibilidad de poder reelegirse. Pero la reelección no la deciden ellos, sino los partidos por los cuales llegaron. Este pequeño detalle pude complicar las ilusiones de más de uno.
Y pese a ello, a no haber certidumbre, varios regidores actuales se sienten seguros de ser reelectos.
Una de las regidoras que más se pavonea sobre su propia reelección es Raquel Guajardo. La realidad es que esta tronada, no tiene la mínima posibilidad.
Y es que ella obtuvo la candidatura en el 2016 con el patrocinio de Rafael Méndez, entonces secretario general de la Sección 30. Hoy el magisterio de Nuevo Laredo lo controlan Rigoberto Guevara Vázquez, actual secretario general de la Sección 30 y Arnulfo Rodríguez.
La señora Guajardo no tiene ninguna chance de reelegirse. La actual coordinadora del magisterio, Martha Monsivaís, ha dicho a propios y extraños que Raquel Guajardo no entra en los planes del magisterio ni en los del PANAL.
Pero además, aunque el PRI ha hecho alianzas con el Verde y el PANAL desde el 2006 a la fecha, en estos momentos el PANAL negocia su participación con Frente Ciudadano del PRD-PAN-MC.
Y por su parte, el Verde dice que quiere participar solo.
El PRI, al menos de Tamaulipas, haría bien en tomarles la palabra al Verde y al PANAL y no hacer alianza al menos en este Estado y menos en Nuevo Laredo donde la alianza con ambos partidos solo ha servido para alimentar panzas aventureras, como diría el amigo Agustín García Arredondo.
Otra opción, en el supuesto de que haya alianza, sería enviar a los representantes del Verde y el PANAL a las regidurías 13 y 14, para que ambos partidos demuestren confianza en el PRI. Si tienen confianza, lo mismo es ir en el primero o en el lugar catorce.
Tampoco tienen oportunidad de reelegirse los cinco regidores del PAN que se mantienen leales a Carlos Canturosas.
Así como hay reelección, también debería existir la revocación de mandato, para que los ciudadanos podamos desconocer a los malos funcionarios y no haya necesidad de tener que aguantarlos el período para el cual fueron electos.
Ahora que lo más bonito sería que los funcionarios mexicanos tengan sueldos equiparables a los de sus colegas estadounidenses para que quedase demostrado que están ahí no por los sueldos fabulosos y los ingresos ilegales que obtienen, sino porque realmente quieren servir a la ciudadanía. Pero eso nunca va a pasar y por el momento es mera estrategia del señor Andrés Manuel López Obrador y su chofer Nico de 70 mil pesos mensuales.
Los actuales funcionarios harían mejor en dedicarse a vivir el momento como si no tuviesen chance para la reelección, para que luego no se desilusionen si no se les nómina.