Es ridículo decir que no se quería ir
Si bien es cierto que el relevo de Fernando Castillo se da cuatro meses y medio después de que entró la nueva administración, permaneció ese tiempo, porque así lo decidió el gobierno estatal.
Raúl Hernández Moreno
Este día, Alfonso Salas Pérez tomó posesión como nuevo Rector de la Universidad Tecnológica, en sustitución de Fernando Castillo, quien estuvo tres años y tres meses en el cargo.
Salas ya estaba integrado a la UT, lo que debe facilitarle el manejo de la institución.
Castillo deja la UT con buen nivel académico y en estos tres años se esforzó por fortalecer la Universidad, en donde lo mismo promovió los viajes de estudios a Francia, que se instaló un simulador para enseñar a conducir trailers.
En noviembre pasado, cuando era más que evidente su relevo, eso no hizo detener la organización de un ciclo de conferencias que por lado permitió una mejor preparación de los alumnos, pero también sirvió para posesionar a la UT.
El mes pasado, con ayuda del presidente del Patronato de la Universidad, Mario Palos Garza, se anunció la entrega de 50 becas que cubren el 100 por ciento de las colegiaturas, durante el tiempo que dura la carrera.
Si bien es cierto que el relevo de Fernando Castillo se da cuatro meses y medio después de que entró la nueva administración, permaneció ese tiempo, porque así lo decidió el gobierno estatal.
Es ridículo decir que no se quería ir. Por supuesto que le hubiera gustado continuar, pero Castillo sabía que trae la marca del PRI muy visible y que tenía que irse por ser de un partido contrario al del Gobernador. Y el Gobernador está gobernando con la gente del PAN, de la misma forma en que lo hacían los gobernadores del PRI. Eso que prometen los candidatos en campaña de que van a gobernar con los mejores, es discurso.
Personajes como Imelda Mangin y Alfredo Espinosa, se retiraron el 30 de septiembre, porque no quisieron esperar a que fuesen dados de baja, con el riesgo de que ni siquiera les dieran las gracias, como le paso a Marisela López Ramos, en el Cobat 18. Fernando optó por esperar a que le solicitasen su renuncia, la veía venir y lo aceptaba.
Hasta hace algunos años, Alfonso Salas militó o simpatizó con el PRI y trabajo en la administración de Benjamín Galván Gómez, junto con Miguel Angel Melchor Lara.
Después se fue al Instituto Estatal de los Migrantes y su paso también fue efímero. La barredora llegó rápido.
El año pasado, participó en la campaña del PAN y hoy le llega su recompensa y al mismo tiempo, la gran oportunidad para destacar en un cargo que tiene prestigio, pero corresponde a quien lo tiene darle brillo, o pasar desapercibido. La decisión es suya.
Con la designación de Alfonso Salas, continúan a cuenta-gotas los nombramientos de funcionarios estatales. Pasa lo mismo en todo el Estado, no se siente prisa por terminar de integrar el equipo.
Y mientras los nombramientos se retrasan, ya corren rumores de que algunos de los ya designados, analizan renunciar.
Y es que hasta antes del inicio del sexenio, muchos se habían convencido asimismo, que tendrían sueldos de entre 80 mil a 150 mil pesos, con la creencia de que eso ganaban los priistas. La realidad los golpeó en la cara.
Ahora, que algunos ex funcionarios de la anterior administración hayan terminado millonarios o ricos, no significa que la fortuna sea resultado de los sueldos que percibían. Hay que buscar el origen en otro rumbo. Que nadie finja ignorancia.