Por Raúl Hernández Moreno.
Es un hecho, o casi un hecho, que el Partido Acción Nacional competirá en las elecciones del año próximo, con Enrique Rivas Cuéllar buscando la reelección en la presidencia municipal y con Imelda Sanmiguel Sánchez para la diputación federal.
Estar en el poder, uno como alcalde y otra como regidora, los convierte en la fórmula a vencer. Tienen muchas ventajas a su favor y los ciudadanos pueden evaluarlos a través del trabajo que despliegan en la administración municipal.
En el caso de Rivas, esta sería su cuarta campaña como candidato, pues ha sido regidor plurinominal, diputado local, presidente municipal y ahora buscará la reelección. Rivas sabe cómo se hace una elección y eso le permitirá llegar al proceso electoral con una perspectiva más amplia, sobre lo que se debe hacer para ganarse la confianza ciudadana.
Las reformas legales le permiten que pueda ser candidato sin tener que renunciar a la presidencia municipal, prohibición que sí se aplica a otros servidores públicos a los que la ley les obliga a pedir licencia 90 días antes de la elección.
La campaña de presidente municipal inicia el 14 de mayo próximo y por esas fechas, o semanas antes, Rivas tomará la decisión de seguir al frente del gobierno municipal o bien solicitar licencia, lo que permitiría participar en la campaña de tiempo completo. En cambio, si decide seguir como alcalde, tendría que dividir su tiempo, dedicando las mañanas a atender su responsabilidad al frente del Ayuntamiento y por las tardes se iría a hacer campaña.
Los principales competidores de Rivas serán el PRI y Morena.
El PRI enfrenta una de sus peores divisiones internas. Los directivos no reconocen esta división, pero ni falta hace que lo hagan: esta a la vista de todos.
Durante los últimos meses se han registrado renuncias, hay desconfianza hacia determinados personajes, han desaparecido algunos grupos, se ha aislado a ex alcaldes, se marginó a la CTM, CNC y CNOP. El panorama está muy complicado.
Y Morena busca convertirse en un partido emergente, aprovechando el vuelo que trae Andrés Manuel López Obrador que en el 2006 obtuvo 27 mil votos en Nuevo Laredo y 21 mil en el 2012. Es un colchón de votos muy bueno, aunque insuficiente para competir. Si quiere ganar, tendrá que esforzarse más, buscar candidatos conocidos e invertirle dinero a la campaña.
La división del PRI y el hecho de que hasta ahora Morena se apuntala en la imagen de Andrés Manuel López Obrador, hace que el PAN este confiado en no tener problemas para ganar las elecciones locales del año próximo.
Sin embargo, la llegada de Ramón Garza Barrios a Morena puede obligar al PAN a cambiar sus estrategias. Eso dependerá del trabajo que despliegue en los próximos meses. Ese trabajo permitirá ver qué tan seria va a ser su participación.
Mientras tanto, Enrique Rivas tiene por lo menos de aquí a abril para ir consolidando su presencia en la ciudad, a través del trabajo que realice en la presidencia municipal, trabajo que le permite estar contacto diario con la ciudadanía.