Por José Dosal Hernández
La posible creación de una Dirección Antiterrorismo México-EEUU es la reacción pacífica de los gringos al poco interés del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que tiene para combatir la delincuencia, cuyos productos tóxicos en el último año cobraron la vida de más de 100 mil personas por sobredosis.
Por casi 4 años, autoridades de los Estados Unidos han buscado formas de hacer entender a López Obrador endurecer su estrategia, pero solo recibe “chifletas” y comportamientos populistas.
John Biden juega de otra manera.
Primero, da la pauta para que Senadores de los Estados Unidos apresuren el paso a las Reformas Legislativas y declaren la existencia del terrorismo.
Segundo, los capos mexicanos serán considerados como terroristas y su extradición no tendrá excusas legales.
Es una medida adoptada en Colombia en la época de Pablo Escobar Gaviria, al establecerse la campaña de “Los extraditables”.
Al Presidente AMLO no le interesa atacar este flagelo, por lógica los norteamericanos tomarán cartas en el asunto.
Todo inició cuando López Obrador ordenó el año pasado tajantemente la clausura del SIU (Unidad de Investigaciones Sensibles), grupo especial dependiente del DEA, escolarizado el mandatario mexicano porque el DEA brindó todas las atenciones legales a Iván Reyes Arzate “La Reina”, socio de Genaro García Luna, socio de Felipe Calderón Hinojosa, enemigo número uno de AMLO.
El tabasqueño desplegó una fuerte campaña contra Calderón culpándolo de inseguridad reinante hasta la fecha en la nación mexicana y acusa a Luna de ser el operador.
La preocupación de los equipos de John Biden crecen a medida que descubren el aterrizaje de aeronaves a territorio mexicano como sucedió hace unas semanas en el Aeropuerto de Querétaro, cuyos ocupantes tienen antecedentes por terrorismo y viajó a Centroamericana.
Mientras que para los Estados Unidos es preocupante, para López Obrador es un asunto sin importancia.
Las actividades de los delincuentes de la droga, los mexicanos recibirán un trato diferente de ser acusados por delincuencia, hoy se modificará al terrorismo y su extradición será inevitable.
Para el 2024, los gringos buscarán de muchas formas tener un verdadero aliado en la Presidencia de la República y hay dos opciones, alguna de “Las Corcholatas” se lanza contra la corriente lopezobradorista desechando la frustrada campaña de abrazos y beso o de plano buscan al candidato en otro partido.
Los delincuentes no deben tardar en enviar mensajes a los gringos sobre su desacuerdo con las políticas de Amlo, porque saben que una eventual embestida de esa naturaleza afectaría sus operaciones y lo peor, sus riquezas hasta juego.