ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
TECNOLOGÍA.- Tres semanas después de ser lanzado al espacio, el satélite científico “Aeolus”, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ya está proporcionando los primeros datos sobre los vientos de la Tierra. Aunque la calibración del satélite comenzará la próxima semana, “Aeolus” ya ha proporcionado “datos muy razonables” y ha superado con ello las expectativas, declaró el director del departamento de Observación de la Tierra de la ESA, Josef Aschbacher. La misión está controlada y supervisada por el Centro de Operaciones Espaciales (ESOC) de la ESA en Darmstadt.
Para empezar, “Aeolus”, llamado así por el dios de los vientos, transmitió un perfil que mostraba las extensas corrientes de viento del este y del oeste, incluyendo la llamada corriente en chorro, como se conoce a un flujo de aire fuerte a unos ocho o doce kilómetros por encima de la Tierra, lo que tiene una influencia decisiva en el clima.
Para recoger los datos, el satélite que costó más de 300 millones de euros orbita la Tierra de un polo a otro a una altitud de 320 kilómetros en 90 minutos, registrando los perfiles de viento, según explicó Aschbacher. De esta manera, le tomaría siete días hasta lograr tomar medidas de todas las áreas de la Tierra. Después de la fase de calibración y validación, que se espera que dure varios meses, los datos se utilizarán para los modelos de predicción meteorológica. Durante la calibración, por ejemplo, se calibra la compleja tecnología láser del satélite.
En agosto, un cohete Vega lanzó al espacio el satélite de la ESA de 1.4 toneladas. Con la ayuda del dispositivo de medición “Aladin” medirá por primera vez la velocidad del viento alrededor del globo desde una altura de 30 kilómetros hasta el suelo y por encima de nubes gruesas. Los perfiles de viento que transmite están destinados a mejorar las previsiones meteorológicas. Según los datos de la ESA, la red de estaciones de medición en el hemisferio sur, por encima de los océanos, los trópicos y por encima de una altitud de diez kilómetros se considera poco densa. Por lo tanto, podría ocurrir que se subestime una tormenta en Europa debido a la falta de datos de previsión.