![](https://laredmultimedia.com/wp-content/uploads/2024/04/2-Severa-Crisis-1024x640.jpg)
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
MADERO.- Recientemente, se han reportado casos de ineficiencia, pésimo servicio, mal trato y carencias en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), lo que plantea la pregunta sobre las cuotas que los trabajadores pagan para acceder a estos servicios. Un ejemplo concreto de esta problemática se ha manifestado en el Hospital Regional No. 6 ubicado en Ciudad Madero y la Clínica 38 del IMSS en Tampico, Tamaulipas.
En un caso particular, una mujer acudió a la clínica buscando atención de urgencia debido a problemas en su vista. Sin embargo, la respuesta que recibió fue desalentadora: “no tenemos nada que ofrecerle, no hay oftalmólogo. La podemos internar, pero para qué, de todos modos, no le vamos a hacer nada”. Esta falta de especialistas y recursos para atender a los pacientes plantea serias dudas sobre la calidad de los servicios que el IMSS está proporcionando a sus afiliados.
Incluso en una cita programada posterior en otra clínica del IMSS, la situación no mejoró. La trabajadora, ya recuperada parcialmente por sí sola, fue informada nuevamente de que no contaban con oftalmólogos disponibles. Además, se le reprochó por llegar dos minutos tarde y se le sugirió buscar atención médica privada si quería recibir un análisis.
Ante esta situación, surge la pregunta inevitable: ¿qué sucede con las cuotas que los trabajadores pagan al IMSS? Los afiliados tienen derecho a recibir un servicio de calidad, con acceso a especialistas, medicamentos y atención oportuna. Sin embargo, si la institución no cumple con estas expectativas, ¿qué alternativas les quedan a los trabajadores?
Además de las deficiencias en la atención médica, preocupa el trato denigrante que algunos pacientes han experimentado por parte del personal del IMSS. La falta de empatía y respeto hacia los derechohabientes agrava aún más la situación, generando un ambiente de desconfianza y descontento entre los usuarios.
En última instancia, la solución propuesta a los empleados del IMSS de buscar atención médica privada como alternativa plantea interrogantes sobre la viabilidad y eficacia del sistema de salud pública en México. Es fundamental que las autoridades competentes tomen medidas para abordar estas deficiencias y garantizar que los trabajadores reciban el nivel de atención y cuidado que merecen por derecho.
En conclusión, la crisis en el IMSS pone de manifiesto la necesidad de una revisión profunda de su funcionamiento y la asignación de recursos adecuados para garantizar un servicio de calidad para todos los afiliados.
Los trabajadores no solo merecen una atención médica digna, sino que también deben poder confiar en que sus cuotas se están utilizando de manera efectiva para su beneficio y el de sus familias.