Por Raúl Hernández Moreno
El Presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio positivo a la prueba de Covid-19 y confesó que sufre dolor muscular.
Bolsonaro despreció al Covid meses atrás, lo calificó de “gripecita” y lo desafió circulando por las calles sin cubrebocas.
Junto con Boris Johnson, primer ministro británico, Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, son los cuatro mandatarios más irresponsables en el manejo del Covid, aunque de todos el peor es el mexicano que durante meses se negó a usar gel, cubrebocas, a guardar la sana distancia y a someterse a la prueba, con el pretexto de que se sentía bien, pero ahora que va a Estados Unidos dócilmente se practicó un examen, porque se lo ordenó el señor naranja. Salió negativo y ojalá que el nuevo examen a que se le va a someter al entrar a la Casa Blanca también salga negativo. Sería una vergüenza lo contrario.
En México, AMLO se da ínfulas de grandeza y actúa como señoritingo, pero ante Trump se somete. Atrás quedó el AMLO marrullero que en 2017 escribió un libro con el título “Oye Trump”, en el que prometió defender a México ante Estados Unidos, pero ahora debe cambiarle el título a “lo que usted diga, señor Trump”.
Ciertamente López Obrador va a Estados Unidos porque se lo ordena Trump y tiene que pagar los servicios que el estadounidense le ha hecho a México, como la reducción de la producción de petróleo y los ventiladores enviados para enfrentar la pandemia, pero vamos a ver cómo le va al país en el 2021 una vez que los demócratas regresen a la presidencia, porque eso parece irreversible. ¿Le perdonarán a AMLO su intervención en el proceso electoral de los Estados Unidos? Por supuesto que no.
Por lo pronto, Trump acaba de publicar una foto frente al muro fronterizo en Arizona, como muestra de lo mucho que “quiere” a México.
En otro tema, ahora que el Tribunal Electoral ordenó a Morena elegir a su próximo dirigente nacional mediante una encuesta, ha surgido la polémica de si debe practicarse una encuesta abierta a toda la población o limitada a los militantes.
Alfonso Ramírez Cuéllar, dirigente en funciones, dice que debe ser una encuesta cerrada para que no intervengan priistas ni panistas, pero si esto se practicara, ¿a quién se va a encuestar? , si más del 90 por ciento de los morenistas vienen de otros partidos, empezando por López Obrador, Bartlett, Monreal, Germán Martínez, Manuel Espino.
En Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas, Ramón Garza Barrios, Sergio Ojeda, vienen de otros partidos.
Por su parte, Mario Delgado está a favor de una encuesta abierta en la que participe todo el que quiere, que además estaría condicionado a ser escogido por los encuestadores. Es decir, no se trata de que un priista o panista hable a la encuestadora para decirles que quiere que lo entrevisten. Esta es, a nuestro juicio, la mejor manera de que se haga una encuesta imparcial, para que no haya dados cargados a favor de ninguno de los aspirantes.
Morena tiene de plazo hasta el 6 de septiembre para hacer escoger a su nuevo dirigente nacional. Al menos es el plazo que le dio el Tribunal Electoral.