Solo en Guerrero se ve una situación igual, donde el gobierno de López Obrador es el verdadero poder que organiza la entidad
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
TAMAULIPAS. – A un año de la victoria de 2022, los resultados de Morena como gobierno todavía no llenan las expectativas ciudadanas, incluso han sido inferiores a los del PAN en varios aspectos creando un ambiente de “vacío de poder”.
La última mentira cometida por la administración de Américo Villarreal Anaya fue la tibia defensa del derecho al agua para el distrito 026.
A la una de la tarde del 31 de octubre, Samuel García anunció que Nuevo León no trasvasaría el agua a Tamaulipas, como lo ordena el convenio de 1996.
Tres horas después, Horacio Quiroga, representante de Tamaulipas en este tema y secretario de Recursos Hidráulicos, descalificó el anuncio de García, al que tachó de politiquero.
Pero Quiroga resultó chamaqueado, lo mismo que Américo Villarreal Anaya: Samuel García tenía razón. A las ocho de la noche, la Comisión Nacional del Agua informó oficialmente que no trasvasaría agua a Tamaulipas por primera vez en 27 años.
Dos cosas quedaron en evidencia: primero, que el gobierno Federal, de Morena, no incluye a Américo Villarreal, del mismo partido, cuando toma una decisión sobre el estado; nunca le avisó lo que venía. Y segundo, que Américo se alinea más a México que a Tamaulipas.
Para mayor humillación, circuló en las redes una fotografía en la que Villarreal Anaya, con motivo del primer año de administración, celebraba como logro personal el trasvase de 2022, incluso con la frase “Sí cumple”. ¿Qué publicará el año entrante sobre el no trasvase de 2023?
Américo Villarreal también soltó las riendas de la gestión con el Gobierno Federal para incrementar las participaciones de 2023 y construir, al fin, la segunda línea del acueducto Victoria: tampoco lo logró.
En México dijeron “No va” y el doctor aceptó. Peor aún, también le recortaron 513 millones de pesos del presupuesto de 2024. De hecho, la Federación ha ajustado 1,400 millones de pesos a las participaciones que les correspondían este año.
Antes, el 6 de septiembre, Tamaulipas fue noticia nacional por un paro de labores organizado por maestros de la sección 30 del SNTE. Cerca de 200 mil niños se quedaron sin clases durante dos semanas.
El gobernador acudió a dialogar hasta el sitio del plantón con los maestros inconformes y su líder, Arnulfo Rodríguez, pero fue abucheado y forzado a retirarse.
El 20 de septiembre, los maestros levantaron el paro después de una negociación con Leticia Ramírez y Luisa Alcalde, secretarias de Educación y Gobernación, a solicitud de Villarreal Anaya.
Estos tres eventos son una prueba de la incompetencia política del gobernador para resolver los conflictos que se presentan en cualquier estado, y que las instituciones locales deberían manejar sin ayuda federal.
Solo en Guerrero se ve una situación igual, donde el gobierno de López Obrador es el verdadero poder que organiza la entidad.
Por esa razón, a Américo Villarreal Anaya le dicen ya el Evelyn Salgado de Tamaulipas, por el vacío de poder que prevalece en el estado.