Para dar tranquilidad ante una eventualidad ocasionada o sufrida por y en su propiedad vehicular
La ampliación a tres meses más del programa de regularización de vehículos usados por decreto presidencial y a bajo costo, no indica otra cosa que la costumbre del mexicano ha sido la misma, dejar las cosas para último momento, afirmó Miguel Ángel Rodríguez Sosa.
Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO. – La ampliación a tres meses más del programa de regularización de vehículos usados por decreto presidencial y a bajo costo, no indica otra cosa que la costumbre del mexicano ha sido la misma, dejar las cosas para último momento, afirmó Miguel Ángel Rodríguez Sosa.
El experto en seguros dijo que esto implica de igual modo, que esa falta de interés en realizar las cosas, incide en que por igual no se le preste esa atención que debería tener el obtener de una forma voluntaria y para lo mismo un tipo de seguro que ofrezca esa tranquilidad ante una eventualidad ocasionada o sufrida por y en su propiedad vehicular.
Sin embargo, se tiene que estimar que mientras las autoridades competentes no procuren básicamente en este asunto de los “autos chocolate”, esa responsabilidad de que al otorgarle al ciudadano una franquicia por decir así para legalizar la estancia en el país de su unidad motriz, vaya acompañada de esa obligatoriedad de contratar un seguro vehicular.
“Se aventura el pensar que ese simple hecho implique que el interesado menos se motive a regularizar su auto chocolate, esto por desconocimiento de los productos de seguros vehiculares, o al pensar que son onerosos o solo para gente pudiente”, expresó.
Y esto no es así, –agregó– ya que los seguros vehiculares se pueden pagar de una manera mensual, trimestral, semestral o anualmente, incluso con cargo a un tipo de tarjeta de debido o crédito con aviso de cobro o domiciliando el pago.
Ejemplificando un costo vehicular, un carro sedan solo daños a terceros en territorio nacional con seguro extendido para el vecino país del norte fluctúa entre los tres mil ochocientos en un solo pago y por todo el año, para vehículos.
“En cobertura amplia ahí si dependerá el modelo y tipo de unidad, pero con los mismos beneficios de pago ya indicados”, asentó Rodríguez Sosa.
Por supuesto que la tarea no es tan solo para la autoridad, pues las aseguradoras mexicanas a través de sus distintos canales como la propia AMIS Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) han tenido innumerables pláticas tanto en ciudades o distintos estados y por años para establecer esa póliza de seguro vehicular como algo generalizado, ya más que necesario, obligado.
Pero y ante tanta legislación estatal y distinta, difícil es penetrar como una obligatoriedad a nivel nacional, por lo que aún se tiene que trabajar mucho para lograr esa unificación en el tema del seguro vehicular en todas sus modalidades para todo el país, quizás sea por eso mismo que no prospera en el modelo de regularización de “autos chocolate” la idea de complementar a ese beneficio de regularización el seguro vehicular.