
POR AMBROCIO LOPEZ GUTIERREZ
Como la mayoría de los ex líderes formales y fácticos de la máxima casa de estudios de la entidad, el médico Dámaso Anaya Alvarado ha empatado su agenda con la del gobernador Américo Villarreal Anaya.
Ser primo del primer jefe del ejecutivo emanado de MoReNa, le ha permitido al actual jerarca uateño salir del gabinete gubernamental, postularse para dirigir una institución hipotéticamente autónoma y seguir muy de cerca las actividades de la autoridad estatal acudiendo a numerosos eventos de corte oficial en cualquiera de los 43 municipios.
Hace algunas décadas se decía que el rector de la universidad estatal se desempeñaba casi como un vicegobernador, pero esto ha cambiado pues Enrique Carlos Etienne Pérez del Río, José Andrés Suárez Fernández y Guillermo Mendoza Cavazos actuaron más bien como ujieres del gobernador en turno, (el priista Egidio Torre Cantú y el panista Francisco García Cabeza de Vaca).
El actual titular de la UAT es un caso único en la historia reciente de la universidad ya que, aparte de ser del mismo partido del gobernador, tiene lazos consanguíneos que, bien aprovechados, le dan algunos privilegios lícitos como el derecho de picaporte a los espacios públicos y privados pues los lazos familiares son sagrados.
A pesar de su cercanía con AVA, el veterinario no se duerme en sus laureles y un día convive con egresados, otro día asiste a graduaciones de preparatorias, licenciaturas y posgrados; se presenta en los escenarios de los poderes de Tamaulipas, convive con otros rectores, cabildea para obtener recursos para la institución que representa, se da tiempo para comprobar la buena marcha de las facultades y unidades académicas, promueve actividades artísticas como la banda de guerra, fomenta valores a través de Familia UAT, es entusiasta del balompié y trabaja por ser líder de la educación superior.