Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO.- La industria restaurantera vive un inminente aquí y ahora, debido a la severa contracción de la economía derivada de las medidas de emergencia aplicadas durante casi un año, con el equivalente de ajustar estrategias.
“Estamos aprendiendo la lección del buen vivir y eso encierra el comer bien; quizá los restaurantes sí estén sufriendo más por los gastos de operación y que los comensales no salen, pero también es cierto que el servicio para llevar sí funciona”, dio Ana Laura García de Anzaldúa, integrante de la mesa directiva de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac).
Destacó que dentro de la afectación que vive la industria restaurantera, se busca que entre los socios predomine el optimismo y la innovación como principales alternativas para atraer clientes y salir adelante.
“La comida de cuaresma es muy cotizada por lo laborioso, es entonces que atrae ventas debido a la temporada. A mí en lo personal ya me han llamado para preguntar por la capirotada, los nopalitos, las tortitas de papá, etcétera. Es entonces que hay que ponerse creativos y dar precios accesibles para apostarle al volumen”, dijo.
Fue entones que citó que el momento de cuaresma debe ser capitalizado por la industria restaurantera al innovar platillos, pero también ponerlos en precios accesible para satisfacer gustos y atraer al cliente
Asintió en que, si bien la situación es difícil y ya suma un año, el sector restaurantero sigue distinguiendo por saberse sostener mediante la aplicación de alternativas para retener el cliente y ser uno de los principales generadores de empleo.
Puntualizó que la recién iniciada temporada de cuaresma, donde la variedad de platillos le dan el toque especial, tiene esta vez como fin el sostener los negocios mediante innovación en la degustación y la tolerancia en precios.