Por Javier Claudio
- – . La mejor forma de entender las cosas, son con los ejemplos personales
- – . Aquél canadiense pacifista que solía defender el trato dado a terroristas
- – . Y surge la pregunta, usted qué haría si le diera alojamiento al terrorista
Claridades. – Un hecho verídico versa sobre una canadiense pacifista, quien escribió a las autoridades de su país quejándose del trato que se da a los terroristas detenidos en Afganistán. Es así que le contesta el ministro de Defensa: Estimada ciudadana comprometida, gracias por su carta en la que expresa la preocupación por el trato que damos a los terroristas talibanes y sus líderes en manos de las Fuerzas Armadas Canadienses.
Clarín. – Y prosigue; En atención a las quejas que recibimos de ciudadanos comprometidos como usted, hemos creado un nuevo programa de pacifismo e integración para los terroristas. De acuerdo con ese programa, hemos decidido seleccionar un terrorista y colocarlo bajo la dependencia de la familia de usted, como inicio y por citar solamente el más claro ejemplo.
Claroscuro. – Atónita a la respuesta, continúa leyendo; El próximo lunes tendrá usted en su casa a Alí Mohamed Amé Ben Mahmud (puede llamarlo simplemente Amé). Espero que puedan tratarlo amablemente tal como exigía en su carta de protesta y recomendación para estas personas. Lo más probable es que necesite usted contratar a algunos ayudantes para esa misión.
Aclarando. – Absorta ya en la lectura, continúa; Cada semana nuestro departamento le va a hacer una visita de inspección para comprobar que se tienen en cuenta los principios de buen trato que exigía usted en su carta. Debo advertirle que Amé es un psicópata extremadamente violento, pero confiamos en que, con la sensibilidad que usted manifestaba en su carta, logrará superar ese inconveniente.
Claro que sí. – La ciudadana canadiense continuaba leyendo con avidez; Insistimos en que su huésped resulta extremadamente eficiente en el combate cuerpo a cuerpo y que puede matar con un lápiz o un cortaúñas, además, Amé es un experto en fabricar artefactos explosivos con productos caseros; así que tenga bien guardados esos productos a menos que en su opinión esa decisión pueda ofender a Amé.
Claro que no. – El terrorista no querrá relacionarse con usted o con sus hijas (excepto sexualmente) puesto que él considera a las mujeres como meros objetos, ese es un aspecto muy sensible, puesto que se le han observado tendencias violentas respecto a las mujeres que no cumplen con el atuendo islamista, así pues, confío en que a usted no le moleste llevar el burka; de ese modo contribuirá usted a respetar la cultura y las creencias que manifestaba en su carta.
Clarificando. – Para concluir la misiva, aparecía como colofón; Gracias otra vez por su preocupación, estamos reconociendo a las personas como usted e informaremos a nuestros conciudadanos de su cooperación. Al calce de la misiva aparece el clásico; Buena suerte, luego la atenta rúbrica de Gordon O’Connor. Ministro de Defensa.
Sabía usted que. – Esta carta es totalmente cierta y fue publicada en todos los periódicos de aquél país colindante a Estados Unidos, según cita a manera de nota el polémico escrito, con mucho de cierto, debe reconocerse, salvo la mejor opinión de lector. Esto, amén de que el mejor de los ejemplos es involucrando a la parte con quien se difiere…