- Tanta cantidad de asaltos que el delincuente parece tener “compasión”
- Divida la seguridad citadina, esto es ¿unos a favor y otros en contra?
- Tres alfileres penden economía, maquilas, autotransporte y aduanales
Por Javier Claudio
Claridades. – La verdad no hay quién explique la ola de inseguridad y violencia que asfixia a la ciudad, pues con todo los 300 elementos de Fuerza Tamaulipas que recién arribaron a la ciudad continúa sucediendo lo más inverosímil al margen de la ley. Sucede tan así que la ciudadanía especula que son auspiciados los hechos delictivos con el fin de ridiculizar a los elementos enviados por el gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca apenas algunas semanas atrás, luego del crimen contra elementos de la PGJE.
Clarificando. – La seguridad se ha tornado tan incómoda en la ciudad, que pasó a la secrecía cada una de las visitas del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, como fue el caso ayer que sin decir agua va no asistió al evento programado. Pero por supuesto que es de comprenderse que el manejo del evento al que asistiría, fue resguardado en los detalles, precisamente por seguridad el mandatario. Así, que quede en el alivio que al menos un rato sintió la inseguridad que se vive aquí diariamente.
Clarín. – Ejemplos de asalto a mano armada hay cientos, pero este llama poderosamente la atención, cuando varios sujetos irrumpen en un pequeño negocio de miscelánea, apuntan a las mujeres, les ordenan tirarse al piso en tanto comienza el saqueo de la pequeña e improvisada caja de dinero, al tiempo que el tipo de la metralleta se le acerca a la que según considero la dueña y yace boca abajo, para decirle. “Usted disculpe, jefa, pero es nuestro trabajo”. ¡Caso similar en la colonia Madero!
Claro que sí. – Esto nos da por conclusión, que la ciudadanía está tan golpeada por la ola de hechos delictivos que ya al propio pillo le da lástima y se ve obligado a ser un tanto atento con la o las víctimas. Obsérvense en sectores populosos, como la colonia Guerrero, la gran cantidad de comercios enrejados para salvaguardar a los empleados y propietarios de este tipo de ataques. Otros más lucen cerrados y sólo abren al cliente bien identificado. El DF, así se mostró durante un tiempo y todavía algunas zonas.
Claro que no. – Suena hartamente aberrante que en tanto todo esto sucede, la Secretaría de Hacienda atosiga a los comerciantes, –contribuyentes cautivos—con el pago de impuestos. Uno de tantos ejemplos ciudadanos es el de José Cruz de la Luz Paz, presidente del Patronato Pro Educación del Consejo de Instituciones, quien replica; “Cómo quiere Hacienda que se le paguen impuestos? Qué de aquellos que sufrieron algún secuestro y tuvieron que pagarlo. ¿Cómo justificarían fiscalmente y de qué serviría?”
Aclarando. – La sobrevivencia de Nuevo Laredo pende de una economía sumamente endeble, donde el de más bajos recursos tiene que recurrir al subempleo para tratar de equilibrar la balanza económica. No es exageración, pues suceden entre los propios maestros que –con el debido respeto que se merecen–, ahogados por las deudas, un buen número acude los fines de semana a las diferentes “pulgas” para colocar sus puestos de artículos usados. ¿No?… dese una vuelta y compruebe.
Claroscuro. – Peor aún, pues el ciudadano tiene que aguantar las medidas de peligro de las distintas corporaciones policiacas y que incluye las castrenses que tienen a su cargo la seguridad, pues aparecen de pronto en sus vehículos a gran velocidad, con torretas encendidas, en sentido contrario, asomando los elementos con metralletas y apuntando a todo mundo, sino es que otro vehículo más adelante va de huida con delincuentes a bordo y estuvo a punto de atropellarnos. ¡Sí, esto pasa aquí!
Sabía usted que. – En opinión de connotados comerciantes que integran la adelgazada Canaco local, Asociación de Agentes Aduanales y Central de Servicios de Carga, nuestras economía está prendida sólo con tres alfileres; maquiladoras, transporte de carga y agentes aduanales. Sí de ahí es de donde únicamente fluye el lánguido recurso económico que permite el medio vivir y peor aún padece el sector de la periferia, que sucedería si esto colapsara.