Elly, una norteña que sueña con convertirse en neurocientífica

Cuando a su abuelo le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, fue cuando se despertó su inclinación por las enfermedades neurodegenerativas
“Para ayudar a desarrollar nuevas soluciones médicas para pacientes con enfermedades neurodegenerativas revertir las mismas y tener una mejor calidad de vida”.
“Las personas que están lo suficientemente locas como para pensar que pueden cambiar el mundo son las que lo hacen”.
Steve Jobs
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LEÓN, MÉXICO. – La historia que a continuación van a leer es parte de una vida de perseverancia, constancia, disciplina, superación, logro, el éxito de un sueño de infancia que Elly Robles hizo realidad.
Era una niña cuando dice, “miré hacia el pasillo y observé su figura, acercándose”.
“Vi como su mano temblaba, sus ojos se veían cansados, y su caminar parecía ser algo torpe mientras entraba tropezando suavemente por el camino”.
“Se sentó con nosotros a la mesa, y finalmente nos contó el secreto que había estado guardando”.
“Con atención escuche las palabras que salieron de la boca de mi abuelo, y quede congelada en mi asiento”.
“Le habían diagnosticado la enfermedad de Parkinson”.
Destacó: “Crecí rodeada de personas que pasan por diferentes enfermedades, lo que me permitió observar muy de cerca, como la enfermedad puede afectar a una persona y su familia”.
“El cerebro y su funcionamiento siempre han sido de su interés particular, pero cuando a su abuelo le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson, fue cuando se despertó mi inclinación por las enfermedades neurodegenerativas”.
Detalla Elly que su viaje por la ciencia comenzó en el último año de secundaria y explica que ni siquiera sabía que era realmente la ciencia.
Comentó que ella viene de una familia que trabaja en el área administrativa, logística y contable en empresas, “por eso –dice- cuando era pequeña quería estudiar negocios, pero todo cambio”.
CUENTA ELLY SU INICIO
“Un día sentado en la clase de biología de la secundaria mi maestra nos invitó a un concurso de ciencias en la Universidad Tecnológico de Monterrey, este incluyó un día lleno de talleres y un recorrido por el campus”.
Subrayó: “Me iba especialmente bien en química, así que decidí participar en la experiencia y la aventura”.
“Tenía una duda sobre un tema del plan de estudios que nos dieron para estudiar para el examen y le pregunté a mi profesor de química y me envió con otro profesor del departamento que forma a los alumnos que participan en las Olimpiadas de Química para preguntarle sobre el tema”.
Continuó: “Después de que me explicó el tema, me invitó a hacer un entrenamiento con los otros estudiantes que se preparaban para las olimpiadas”.
“Estaba extremadamente emocionada por aprender cosas nuevas y sin pensarlo mucho, dije que sí. Después de 6 meses de entrenar todos los sábados llegó el día de hacer el examen”.
“Ese día terminé mi examen, lo miré por última vez y caminé con firmeza hacia el escritorio para entregarlo, sin saber que ese papel y las horas de estudio que en él se resumían, cambiarían el rumbo de mi vida, para siempre”.
Manifestó: “A las dos semanas por medio de una llamada me informaron que había obtenido el 3er lugar estatal en el examen y me invitaron a entrenarme dos meses en la facultad de ciencias químicas para prepararme para la Olimpiada Nacional.
“Fue una experiencia inigualable y fue donde me enamoré por completo de la química y la ciencia”.
“Después de que terminaron las olimpiadas de química, me uní a una pasantía de investigación de verano en el PIIT, un importante centro de ciencia química y de materiales en México”.
Destacó: “Mi proyecto consistió en desarrollar láminas de grafeno dopadas con nanopartículas bimetálicas para formar un nanocompuesto capaz de ser utilizado para limpiar aguas contaminadas”.
“Esa fue la primera vez que estuve expuesto a la investigación académica y tuve la oportunidad de manejar mi propio proyecto de investigación”.
“Cuando terminó el verano me presenté en la conferencia nacional del programa y obtuve el segundo lugar en la presentación del premio del póster”.
Abundó: “El verano llegó a su fin y me matriculé en la Universidad y comencé mi camino hacia mi Licenciatura en Ingeniería en Nanotecnología ya que me dijeron que era el programa en mi escuela con más clases de química y que estaba especialmente enfocado en la investigación académica”.
“Después de la increíble y emocionante experiencia que tuve durante el verano investigando, decidí unirme a dos grupos de investigación cuando ingresé a la universidad”.
“Los grupos que elegí fueron un grupo de biotecnología donde trabajé con dispositivos microfluídicos y cultivo de tejidos skin-on-a-chip y un grupo de investigación de nanotecnología donde sinteticé nanopartículas mono y bimetálicas de Au, Ag & Au/Ag para las distintas aplicaciones en la Sector industrial y médico”.
Indicó: “Más tarde, agregué otro grupo a mi lista y terminé en un equipo de investigación de neurología con un neurólogo importante en mi escuela trabajar en este grupo me permitió estudiar más a fondo la patología de la enfermedad de Parkinson”.
“Después de esta experiencia, llegué a la conclusión de que Monterrey no era un lugar adecuado para una introducción científica, por ser una ciudad industrial, la mayor parte de la investigación que allí se realiza está orientada a la ciencia de materiales y sus aplicaciones al sector industrial”.
Resaltó: “Inmediatamente comencé a buscar laboratorios de neurociencia de renombre que realizaran investigaciones sobre la enfermedad de Parkinson después de darme cuenta de esto”.
“Después de una serie de correos electrónicos, me eligieron para hacer una pasantía de investigación de verano en University College Cork en Irlanda, donde probé un tratamiento para la enfermedad de Parkinson que comencé a desarrollar en el laboratorio de ciencia de nanomateriales en México, pero no sabía dónde probarlo ya que no tenía líneas de células neuronales”.
“Luego de aplicar a Oxford University, me aceptaron y mandaron una carta a mi Universidad para que fuera por un periodo de 6 meses y así llegue al Centro de Investigación de la Enfermedad de Parkinson de Oxford, donde actualmente estoy trabajando en un proyecto que involucra la construcción de organoides para los cuales estoy creando un modelo 3D de la sangre, barrera cerebral que utiliza chips de microfluidos órgano placas”.
EL SUEÑO DE ELLY
“Espero convertirme en una gran neurocientífica y que la investigación que desarrollo a lo largo de los años pueda ayudar a desarrollar nuevas soluciones médicas para pacientes con enfermedades neurodegenerativas revertir las mismas y tener una mejor calidad de vida”.