Por David Juárez Uresti
A mediados de la década pasada, en un período vacacional de verano, mediante un viaje que inició en Poza Rica, pasando por Veracruz puerto, Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas y Comitán, tuve la oportunidad de conocer y recorrer tierra guatemalteca, específicamente, estuve en el departamento de Huehuetenango, en su ciudad capital del mismo nombre, situada a 92 kilómetros, cruzando por la frontera que conforman Cuauhtémoc, Chiapas, y la comunidad de La Mesilla.
Es la localidad más poblada y cercana que uno encuentra, si se interna en territorio de Guatemala, por ese cruce.
Al pisar suelo del país vecino, lo primero que hicimos, fue comprar quetzales, su moneda circulante. Por cierto, más cara que nuestro peso. Sabe qué? en la actualidad, por cada quetzal, se pagan 2.56 pesos mexicanos, aunque usted no lo crea¡
A pesar de que el día de nuestro arribo era lluvioso, con camino sinuoso, lo transitamos sin contratiempos, ya que, las veces en que solicitamos orientación, siempre la recibimos con amabilidad y gentileza.
Me acompañaba la madre de mis hijos, María José, la mayor, y mis sobrinos Paola y Margarito Torres; David Donaldo, mi hijo menor, aún no nacía.
Pernoctamos en una amplia habitación ubicada en el tercer piso de un hotel, situado cerca de la zona centro de la ciudad, al cual, para llegar a él, recorrimos varias áreas completamente a obscuras. Debo admitir que empecé sentir algo de temor, pero, ante la amabilidad de la gente, no tardó en disiparse.
Luego de la cena en familia, En Mis Palabras se lo hago saber con gran valor, ya que, en su momento, no pedí autorización a quien iba al mando del viaje (la mamá de mis hijos): compré y me tomé una cerveza gigante (de esas que algunos amigos les llaman…caguamas, o algo así) de la marca Gallo; no sé si por el cansancio o la sed, pero estaba deliciosa. De hecho, pienso que me ayudó a conciliar pronto el sueño, aún y cuando, los ruidos infantiles eran incesantes.
A la mañana siguiente, ante un sol brillante, nos propusimos conocer el centro de la ciudad, sinceramente, es una zona muy pintoresca, en la que me imaginé, como si fuera parte de aquella entretenida y divertida película que hicieran famosa, Michael Douglas y Danny de Vito: Dos Bribones, tras la esmeralda perdida.
Y es que, por ejemplo, los camiones de transporte público, eran tal cual, los presentaron en el film. Fíjese, debido a que las calles eran muy angostas, solo había un carril para circular; como nosotros íbamos detrás de un vehículo de transporte, cada que descendía pasaje, corría rápidamente hacia la puerta trasera un ayudante del conductor, la abría y auxiliaba al pasajero a bajar maderas, materiales, jaulas con aves…tal y como los recrearon, en la peli de Douglas y de Vito.
Huehuetenango cuenta entre sus atractivos turísticos, con el Parque Arqueológico Zaculeu, área conformada por pirámides y templos mayas, considerada una de las últimas ciudades, de la era prehispánica.
Remontándonos al acontecer cotidiano, sé que los guatemaltecos, no son el grueso de quienes integran las caravanas que se han introducido a nuestra nación, con el fin de llegar a los Estados Unidos, anhelando encontrar un mejor porvenir, sin embargo, poco a poco se han incorporado y uniendo a los grupos de hondureños que iniciaron este movimiento.
Así como nos sucedió en el relatado viaje, en el que encontramos voces y atenciones amables que nos orientaron en nuestros recorridos por territorio guatemalteco, seguramente nuestros hermanos centroamericanos encontrarán en los mexicanos, solidaridad y apoyo, solo que, para ello, es indispensable reflejar una conducta respetuosa y comportamiento adecuado.
De las ciudades tamaulipecas consideradas en el itinerario de los caminantes, hemos escuchado ya, las voces de los presidentes municipales solicitando el respaldo de la autoridad estatal y federal, para que les envíen recursos suficientes que les permitan atender, las necesidades de los desesperados marchantes.
En el norte tamaulipeco, Maki Ortiz en Reynosa, Mario López Hernández en Matamoros, Enrique Rivas Cuellar de Nuevo Laredo, serán los alcaldes que más dificultades afrontarán con la llegada de los centroamericanos, sobre todo, por la inminente probabilidad, de que una gran parte de ellos, se quede de manera definitiva en cada una de esas localidades.
Asimismo, en el sur de la entidad, Jesús Nader, Adrián Oseguera y Alma Laura Amparán, presidentes municipales de Tampico, Ciudad Madero y Altamira, respectivamente, deberán estar bien preparados para atender contingencias que se presentarán, por el seguro paso de la columna humana, por esta zona.
Para impedir que los problemas se multipliquen ante la cercanía de los andantes, las autoridades municipales y estatales ya se coordinan con el propósito de ofrecerles, en la medida de lo posible y de los alcances económicos, servicios de alimentación, atención medica é higiene, y evitar así, considerar este fenómeno, como una auténtica caravana de preocupaciones.
PALABRAS CONCRETAS
El gobierno altamirense continúa destacándose por la promoción y generación de nuevas fuentes laborales, tan escasas en la actualidad.
Alma Laura Amparán Cruz, alcaldesa de la ciudad, anunció la contratación de 700 trabajadores por parte de la empresa Tech International, para desempeñar funciones de paileros, tuberos, mecánicos alineadores, sobrestantes eléctricos y cabos eléctricos, fierreros, cuyas edades fluctúen entre los 21 y 55 años de edad.
El objetivo es laborar en un proyecto de construcción que el consorcio italiano Tchint, desarrollará en el municipio neoleónes de Pesquerías.
Las contrataciones iniciarán el próximo lunes 12, a partir de las 10 de la mañana, en un módulo que se instalará en la plaza Constitución, de la urbe industrial.
PALABRAS BREVES
Uno de los periodistas y columnistas de mayor prestigio y experiencia en el sur del estado, lo es, sin duda, José Luis Hernández Chávez, amigo personal a quien tuve el gusto de conocer en la década de los 80´s, en la redacción de noticieros de Radio Grupo del Golfo. Actualmente escribe su columna Enroque, en el rotativo La Razón de Tampico.
José Luis, desde este espacio, con mis respetos, te hago llegar apreciable saludo.
GRACIAS POR SU LECTURA