
Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
NUEVO LAREDO .- El principal enemigo eterno en la Aduana es la caída del sistema, según el autotransporte de carga, cuya falla debe ser corregida de una manera definitiva para evitar pérdidas al comercio internacional y al propio gobierno.
En opinión del sector autotransporte de carga, la frecuencia de la suspensión del sistema de verificación de cruces de lado mexicano, son un cargo al empresario, pero también a la Aduana en impuestos al paralizar actividad.
Miguel Jiménez de la Rosa, jefe de tráfico de una empresa de autotransporte de carga, citó como ejemplo que en tanto las alzas en las tarifas de cruce, diésel y fletes son absorbidas mediante acuerdo del cliente, el retardo en cruces lo asume en costo solamente el trasportista y la Aduana en una probable evasión de impuestos.
Expuso que aun cuando en la Aduana se da con eventualidad esta sorpresiva suspensión de la verificación de la carga de exportación, el déficit económico que representa no logra resarcirse y únicamente es al transportista quien afronta directamente.
Daniel Plascencia, gerente de una empresa de camiones de carga, dijo que las largas filas de tráileres de hasta 12 kilómetros en el lado mexicano, representa una serie de pérdidas monetarias para el transportista y otros sectores relacionados al comercio internacional.
“No sólo se pierde tiempo en el retardado cruce, pues igual se pierde dinero al estar parados los tracto-camiones, esto es que dejan de producir ante la espera de que sean reanudado el sistema de Aduana y prosigan su paso hacia los Estados Unidos”, dijo.
Refirió sobre el programa “Just intime”, como la afectación más clara al autotransporte, debido a que trabajan con la responsabilidad del tiempo medido para la entrega de mercancía y al no cumplir es penalizado.
Abundó al citar que para quienes manejan ese tipo de mercancía, la que regularmente es de empresas maquiladoras, nada es válido para eludir la sanción económica al no haber cumplido en tiempo el traslado de la mercancía.