
Por Clemente Castro González
Mera coincidencia son los despidos que acaban de darse en la Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del gobierno estatal y en la dirección de la Unidad Académica de Trabajo Social y Ciencias para el Desarrollo Humano (UATSCDH)de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT).
En el primer caso se trata de ROBERTO SALINAS SALINAS y en el segundo de IRMA ESPERANZA IBARRA FLORES.
Pero, según dicen los chavos, nada que ver una decisión con la otra y, sin embargo, se puede encontrar algo en común.
Ambos personajes cometieron errores elementales en su manera de actuar.
En cuanto al servidor púbico de gobierno, le dieron las gracias por la vía rápida, luego de que antier chocara el vehículo oficial que tripulaba, en aparente estado de ebriedad.
Tal situación embarazosa derivó en un comunicado en donde se precisó que la Contraloría estatal indagaría lo sucedido y en caso de ameritarlo podría llegarse al despido.
En efecto, eso ocurrió por dos motivos. Uno que la normatividad de la Contraloría estatal establece el despido para empelados que participen en éste tipo de percances en estado inconveniente y, la otra, porque es compromiso del gobernador, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, de que haya cero tolerancia en la aplicación de la ley y eso incluye a sus colaboradores.
Conste que el cesado es alguien cuya trayectoria política, empresarial y social, no es cuestionada.
Pero así estos “asegunes” de la vida y cuando se es figura pública y se ostenta una responsabilidad, el portador de tales prendas sabe a que le tira y debe ajustarse a un “buen comportamiento”.
Le toco a SALINAS SALINAS comprobar la congruencia discursiva del mandatario, cuando habla de que en su gestión el que la hace la paga.
Guardadas las proporciones, en la UAT acaban de enmendarle la plana al grupo Azul, mismo que desde hace décadas opera en la Unidad Académica en mención, al dejar sin efecto una maniobra llevada a cabo por el guía de dicho grupo, GONZALO HERNÁNDEZ FLORES, mediante la cual colocó en la dirección del plantel a la maestra IRMA ESPERANZA IBARRA FLORES, en fechas recientes.
En otro momento, desde la rectoría se llevo a cabo la recisión de la relación laboral, en calidad de trabajador de la UAT, al anterior director del plantel, AMPARO VARGAS MARTÍNEZ debido a irregularidades administrativas y académicas.
De ahí que el grupo Azul, con sentido patrimonialista, se diera a la tarea de mover sus fichas pero no avanzó mucho, según puede constatarse.
Y es que la Asamblea Universitaria, máximo órgano de la casa de estudios, nombró a la maestra MYRNA MARIBEL MEDRANO MONTELONGO, encargada de despacho de la UATSDH, la cual asumirá función éste jueves 12 de enero.
De igual manera se creo una Comisión Especial, integrada por tres directores y tres alumnos, para auxiliar a la funcionaria de la universidad y supervisar que se cumplan los acuerdos de la Asamblea.
Así se maneja un eventual conflicto, que podría haber subido de tono y llevar a los estudiantes y maestros a un escenario que afectaría el proceso de enseñanza aprendizaje, al trastocar la estabilidad que se vive en la UAT.
No quiere decir que con la medida se acabe con los intereses creados al interior del plantel pero se mete orden y establecen procedimientos a los que tienen que ajustarse aquellos que se mueven en “la grilla”.
Entiéndase HERNÁNDEZ FLORES y sus seguidores, quienes han caído en la tentación de mezclar los asuntos universitarios con los del poder.
Bien dicen que en política sólo se comete un error y lo demás son consecuencias, como ahora lo están comprobando los miembros del grupo en mención, principalmente sus cabezas.
Hablamos de pifias de carácter estratégico que acabaron minando un liderazgo.
Sucede que GONZALO entró en unterreno resbaladizo que le llevó a perder la perspectiva y olvidó que la UAT es un ente cuyos propósitos tienen que ver con la docencia, investigación y la vinculación social y productiva, pero no con la política partidista.
Es elemental entender que el que marca la pauta, el líder en el Alma Mater, es el rector.
Desde hace años se acotó a los grupos de la Universidad y se marco la línea, en el sentido de que si bien éstos pueden existir, tendrán que ser para impulsar el desarrollo académico.
Entre los desacierto que evidenció uno de los “jerarcas estudiantiles” que vienen de otro tiempo, es haber concebido que las cosas se dan de manera simple y mecánica y, partiendo de eso, configuró escenarios que carecen de sustento.
Por ejemplo, es impensable que el gobierno del estado anime el descontento interno en la UAT y las aspiraciones de un individuo que esta obsesionado con ser rector.
Es más sensato, redituable y, sin duda normal, entenderse con quien lleva las riendas de la universidad, que no es otro que, ENRIQUE ETIENNE PÉREZ DEL RÍO.
Con el añadido de que el responsable de la buena marcha de la máxima casa de estudios en Tamaulipas, es alguien institucional y cuya experiencia en el manejo de los entes públicos no esta a discusión.
Nos queda claro que los pasos que se dan desde la universidad cuentan con el respaldo de su comunidad y el respeto de los órdenes de gobierno, con los cuales se tienen relaciones cercana y de colaboración.
AL CIERRE
En el cabildo capitalino aprobaron una serie de medidas para el desarrollo del municipio.
Se trata de transparentar la ejecución de los recursos, hacer una consulta pública para modificar el reglamento orgánico y modernizar áreas de atención público que contempla formalizar una serie de direcciones. Verbigracia, Limpieza, Recuperación de Espacios Públicos, Atención Ciudadana, por citar algunas.
Una vez más hubo unanimidad en los acuerdos, por lo que el alcalde, OSCAR ALMARAZ SMER, debe estar satisfecho.