Por José Ángel Solorio Martínez
Con todo y su deplorable trabajo en la Secretaría de Bienestar de Tamaulipas, Verónica Adriana Aguirre de los Santos, saldrá en hombros del cargo que no supo operar con eficacia y gallardía para la dignificación y el enaltecimiento de la IV T en la región.
Oriunda de San Fernando, sin experiencia para desplegar las tareas de su encomienda, sin conocer más municipios que el suyo, sin entender a cabalidad las políticas sociales de la Federación y de la Entidad, después de la titular de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, Lucía Aimé Castillo Pastor, resultó lo peor del Gabinete del gobernador, Américo Villarreal Anaya.
Se caracterizó por entregar a manos externas la dependencia, que debió administrar con solvencia y pulcritud. Gente extraña a la SEBIEN, actuó de mala fe ocupando el repliegue -voluntario o involuntario de la sanfernandense- de la titular, para fines aviesos: boicotear las precampañas de las corcholatas -Adán Augusto López, Gerardo Fernández Noroña, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal- en nuestro estado.
Aunado a esa actitud, reprobable -al menos así la calificaron los afectados- abrió los recursos -despensas, gasolina y vehículos- para proyectos políticos electorales. Uno de los más significativos, fue el soporte de la institución, otorgado al precandidato al Senado de la república, el bisoño, Marco Batarse.
No hizo nada desde su despacho por los más desprotegidos de la sociedad tamaulipeca; eso sí: se arropó y apropió de los soportes de las políticas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, para presumir con sombrero ajeno.
Como si fuera la última coca del desierto, o la salvadora de San Fernando, se inscribió a la competencia interna de MORENA por la candidatura a la alcaldía de su terruño.
Si mostró, evidentes problemas para conducir la SEBIEN regional, no se ve de dónde, pueda sacar talento para gobernar a un municipio que tiene un entramado sociopolítico por demás complicado.
Actualmente, el PAN gobierna ese municipio. Maybella Ramírez Saldívar, llegó a la alcaldía derrotando cerradamente a la candidata de MORENA. No ha hecho mal su gobierno. Mantiene una presencia favorable en los diferentes segmentos sociales del pueblo. Está en la lista de propuestas para reelegirse en el cargo, por el partido en el que ha militado por años.
La otra ficha que juega el panismo sanfernandense, es la diputada local, Marina Ramírez Andrade. Ha sido regidora en el Cabildo de su ciudad. Derrotó a los candidatos de MORENA, en el distrito 13 que comprende Abasolo, Burgos, Cruillas, Güémez, Hidalgo, Jiménez, Mainero, Méndez, Padilla, San Carlos, San Fernando, San Nicolás y Villagrán.
Las dos panistas, serán un grande desafío para la indigencia política que arrastra la aún secretaria, Aguirre de los Santos.
La morenista sanfernandense, es un verdadero problema para la IV T: si se le deja en el cargo, seguirá pudriendo el sistema de las políticas sociales tamaulipecas; si se le manda de candidata, podría hundir a MORENA toda vez que podría perder el Ayuntamiento y lo peor: el escaño en el Congreso local, que encarna un alto valor por la ansiada mayoría calificada que le urge a la administración estatal que comanda Villarreal Anaya.
Espinosa disyuntiva.
La aún secretaria, como que no comprende el papel que se le encomendó. Ni trabaja para la SEBIEN, ni trabaja para su partido en su pueblo querido, para hacerlo triunfar en la guerra por el poder municipal. Desde hace tiempo, anda repartiendo despensas para posicionarse en el pueblo en tanto ha dejado la institución que le entregó el Ejecutivo estatal, para ser conducida por los amiguitos y socios de Marco Batarse.
Otra cándida candidata, que se ha encomendado a San AMLO, para que su milagroso carisma le ayude ganar sin el menor esfuerzo y desde la sala de su hogar.