Por Agustín García
- Un millar protestaron, pero en lugar de enfrentarse, se hincaron y entonaron el Himno Nacional Mexicano.
- Preocupante lo que sucede en Nogales, afirman que es zona de guerra.
- PRI Tamaulipas y la ilegalidad.
Quienes lo vieron, afirman que fue un momento épico en donde el amor a la patria y la conciencia social, rompió todos los parámetros, al grado de que un protesta en contra el incremento al impuesto del precio se las gasolinas, que ya estaba satanizado, se convirtió en acto sublime que debe ser ejemplo de exigencia ciudadana.
Fue en la ciudad de Camargo, Tamaulipas, el día 5 de enero del año 2017, cuando alrededor de mil ciudadanos indignados por decisiones unilaterales, decidieron manifestarse para protestar en contra del mal gobierno.
Al llegar a la Caseta de Peaje de Camargo, al momento de que llegó el Grupo Antomotines de la Policía Federal, enfrentaron a la autoridad, no con palos, ni con armas, sino con su corazón y conciencia limpia.
Cuando parecía que la represión era inminente, ya que los elementos policiacos, por la Federación y el Estado, estaban listos para desalojar a los manifestantes y retomar el control del área de cobro carretero, un rayo de luz marcó esta fecha, con el barniz de inolvidable, ya que los protestantes al ver a los federales, en lugar de insultarlos, tirarles con piedras o bombas molotov, levantaron las manos en señal de rendición.
Pero lo que más llamó la atención tanto de los testigos, al grado de catalogar este hecho como sublime, lo etiquetaron como una proeza, una “grandeza” o, por así decir, belleza extrema, capaz de llevar al espectador a un éxtasis más allá de su racionalidad, fue cuando el millar de manifestantes, mostraron estar inermes, se hincaron y al unísono, empezaron a cantar el Himno Nacional Mexicano.
En ese momento, para los espectadores, para los manifestantes y para los elementos de autoridad, se les erizó la piel y un nudo en la garganta afloró, generando un clima de condescendencia, donde una nueva forma de demostrar hartazgo, nace a la luz pública y sin duda debe de tomarse en cuenta, porque de ahí surgió un diálogo racional ante la irracionalidad del estado.
Porque el grupo oficial de choque reflejó de inmediato el desconcierto. Nadie respondía a los empujones con los escudos y los gritos no eran insultos sino una invitación al dialogo, logrando que finalmente fueran escuchados.
Quienes se manifestaban, de manera amigable les tendían la mano a los oficiales, buscando una empatía, ya que los argumentos que esgrimían era que ellos también eran mexicanos, tenían familias a quien proteger, porque todos de una u otra manera, eran víctimas de los malos gobiernos.
Este hecho, contrasta con la gama de información reiterativa que ubica a Tamaulipas como cuna de malas noticias y de una u otra manera, es una acción reivindicante, en donde un puñado de tamaulipecos, muestran a todo México, que no son con robos, con insultos, ni con destrozos, como debe mostrar su coraje e indignación.
Por lo pronto, Camargo y sus habitantes, demuestran no solo al mundo entero, de que están hechos los ciudadanos de bien, en donde otra forma de protesta más civilizada y apelando al patriotismo podría ser más efectiva que la agresividad.
Preocupante lo que sucede en Nogales.
En temas más candentes, con mucha preocupación está llamando la atención lo que supuestamente se ha informado en redes sociales, en donde se afirma que lo que parecía una protesta sin consecuencias en contra del alza del precio de los combustibles, se convirtió en una zona de guerra.
Aun cuando las informaciones son nebulosas y confiamos en que la cordura sea el ingrediente principal y las negociaciones se retomen, indica el nivel de indignación y hartazgo que ha llegado del mexicano, ante decisiones arbitrarias en donde como siempre, el principal perjudicado es el pueblo.
El PRI Tamaulipas y la ilegalidad
No cabe duda, de que la zarandeada que tuvo el Partido Revolucionario Institucional de Tamaulipas el 5 de junio del año pasado, los dejó totalmente acalambrados, al grado de que nada se ha movido y como dice la canción, todo sigue igual, a pesar que la renovación de los cuadros directivos desde hace rato pasó la fecha de caducidad.
Luego de que su anterior dirigente, Rafael González Benavides, renunciara para asumir la diputación plurinominal, quedó como encargada del despacho Aida Zulema Flores Peña, ya muchos dicen que se quedará de muestra, porque la multicitada convocatoria para la renovación de la dirigencia aún no se publica.
Por otra parte, se afirma quien se inconformó y utilizó los caminos correctos para que el PRI Tamaulipas, ya no le haga al tío Lolo, es el exdiputado federal, expresidente municipal de Victoria y exdirigente estatal del tricolor, Enrique Cárdenas del Avellano, espera que muy pronto haya movimiento y se cumpla con lo que marca la ley.
De ser cierto esto, muy pronto, nuevamente veremos moverse a quienes pretenden dirigir, lo que todavía queda del PRI, como son Juan Alonso Camarillo, Alejandro Guevara Cobos, Edgar Melhem y el propio Enrique Cárdenas, porque más que el liderazgo tricolor y renovar el partido, los intereses se dirigen a las diputaciones federales y senadurías que se estarán ofertando en las elecciones federales del 2018.