Agustín García
- Desde un nicho donde el malsano placer del maquiavelismo se desborda, lanzan toda la artillería del “fuego amigo” al alcalde de Nuevo Laredo.
- Memo Batres, el dron humano y la partida de un guerrero.
Cual si fuera un moderno “caballo de troya”, la mayoría de los funcionarios de primero, segundo, tercer y hasta cuarto nivel, que fueron impuestos por el exalcalde inmediato, ha desatado una metralla para desvirtuar y descalificar las obras, programas y acciones desplegadas por el presidente municipal en funciones, Enrique Rivas Cuéllar.
No obstante que en muchas ocasiones, a Rivas Cuéllar se le ha alertado sobre una estrategia siniestra, que tiene como objetivo, enlodar la imagen del gobierno que él encabeza, en un enfermizo afán de engañar a la sociedad, para que ésta, tenga la percepción que la anterior administración y quien la encabezó, fue más ejecutiva, responsable, honesta y comprometida con los neolaredenses, para llevar agua a su molino, éste parece no darse cuenta de que muchas personas le están tirando con todo por la espalda.
Ya lo externó el regidor priista Jesús Alejandro Valdez Zermeño, quien de manera directa mencionó que de nada ha servido las decenas de millones gastados, del primero de octubre a la fecha, en el rubro de Comunicación Social e Imagen Institucional, si en las colonias, en los barrios y en los hogares de los neolaredenses, tienen la percepción de que no se ha hecho nada o muy poco para beneficiarlos.
La idea es muy clara, a través de diversas trincheras del gobierno municipal, se está trabajando a la inversa, precisamente para que tanto los medios de comunicación, como la propia ciudadanía, se indignen contra el presidente municipal, Rivas Cuéllar, con el argumento de que no está haciendo nada por Nuevo Laredo.
De manera perversa, “le están montando” a Rivas Cuéllar, tanto a los medios de comunicación, como a la ciudadanía, para que muestren su repudio y con esto alejar más la posibilidad de su reelección el próximo año, por un periodo de tres años.
Porque muchos de ellos, no le tienen lealtad a quien hoy gobierna, sino que reciben instrucciones de quien se dice, es quien jura y perjura que va a volver a ser presidente municipal, porque la silla solo se la prestó para que la cuidara Rivas solo por dos años.
Para ello, también desde adentro del gobierno de Nuevo Laredo, le están dando de mazazos a las estructuras, donde descansa la estabilidad y la armonía, para que Rivas, en lugar de enfocar todas sus baterías y capacidad para gobernar, descuide sus labores por estar esquivando, parando golpes o simplemente, mostrando reacciones a los oper cuts y ganchos al hígado, lanzados desde la esquina de la traición y el encono.
Si a esto agregamos que existe otro frente que está trabajando muy bien aceitados, con recursos económicos que hasta hace poco, eran públicos, en donde la cabeza visible en contra de Rivas Cuéllar, es el exregidor y ex candidato a gobernador de Tamaulipas, por el Partido de la Revolución Democrática, Jorge Osvaldo Valdez Vargas, pero como todos sabemos, los hilos goebbelsianos, son manejados por Carlos Canturrosas Villarreal.
Porque ya habíamos observado la estrategia de descalificación que maneja Valdez Vargas en contra del presidente municipal, cuando inició la campaña que por cierto, no dio resultado en donde se llamaba a la sociedad para que repudiara la ceremonia del tradicional “Abrazo”, supuestamente, en respuesta a la posición hostil que emprendió el presidente estadounidense Donald Trump hacia nuestro país.
A partir de ese momento, el tono de agresión en contra del actual alcalde ha subido de nivel, por parte del “hermano” de Canturrosas, quien a todas luces, quiere desestabilizar el gobierno municipal, para beneficiar directamente a quien le paga y mucho, para que encabece un auténtico grupo de choque tanto cibernéticamente, como físicamente con aviesas intenciones.
Sin embargo, Rivas no parece darse cuenta del castigo al que se le está sometiendo, porque solo así se explica su pasmosa, lenta o nula reacción y surge la frase, que le queda como anillo al dedo “dicen que no tiene la culpa el indio, sino quien lo hace compadre”.
Memo Batres, el dron humano y la partida de un guerrero
Como balde de agua fría, cayó la noticia de la inesperada partida hacia la eternidad, de nuestro estimado compañero de talacha y amigo, Guillermo Batres Rosales, una serie de infartos que primero lo llevó al hospital del ISSSTE en Nuevo Laredo y luego por el camino sin retorno, nos deja un inmejorable legado de tesón, optimismo y amor a la vida.
Conocimos a Memo ya hace cerca de 30 años y siempre fue un personaje hiperactivo que abrazó la fotografía como su gran pasión, porque durante su desfile por los diversos medios de comunicación en donde laboró, dejó constancia de creatividad, responsabilidad y profesionalismo.
Su carácter siempre fue jovial, alegre, dicharachero y con grandes dotes de maestro, porque sus conocimientos y su ojo agudo para la fotografía, los convirtió en un libro abierto para que de ahí abrevaran las nuevas generaciones de reporteros gráficos.
En estos momentos, lamentamos su desaparición física y nos unimos a la pena que embarga a su esposa Norma Sandoval, a su hija Jennifer, a sus demás seres queridos, para que puedan superar estos aciagos momentos, sin embargo, queda anidado en sus corazones y en su memoria, la herencia más grande que puedan tener, que él nunca se dejó vencer por las adversidades, y constancias de ellas hay muchas.
Adiós a nuestro dron humano, hasta pronto mi estimado amigo y gran guerrero.