PARA CONTROLAR LA INFLACIÓN
De acuerdo con Íñigo Fernández Bárcena, presidente del Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas, el CIEST, los niveles de inflación han cedido muy poco pues el país continúa con una tasa de interés del 10% lo que encarece el costo del dinero, lo que provoca que impulsa que los financiamientos sean más caros
PILAR DANTÉS / LA RED DE ALTAMIRA
TAMPICO.- El segundo plan antiinflacionario del gobierno federal no está funcionando, viene diciembre, donde se dispara la inflación lo que va a complicar aún más la situación para el 2023 por lo que el gobierno federal debería contemplar políticas fiscales más restrictivas para controlar el desordenado aumento de precios en el mercado.
De acuerdo con Íñigo Fernández Bárcena, presidente del Consejo de Instituciones Empresariales del Sur de Tamaulipas, el CIEST, los niveles de inflación han cedido muy poco pues el país continúa con una tasa de interés del 10% lo que encarece el costo del dinero, lo que provoca que impulsa que los financiamientos sean más caros
“O visto desde otra perspectiva, que la gente guarde su dinero en el banco en lugar de aventarlo a la economía, me parece que el plan antiinflacionario del gobierno federal en su segunda versión no ha funcionado del todo, no ha logrado los objetivos que estaba buscando”.
Detalló que el impacto para mitigar la inflación ha sido muy marginal y viene diciembre, un mes donde este fenómeno se dispara un poco debido a las compras navideñas por lo que las expectativas económicas se prevén complicadas para el 2023.
“Por la cuesta de enero y porque normalmente en muchos negocios el cambio del ejercicio fiscal de un año para otro se aprovecha para actualizar muchas veces los precios, entonces si se ve un panorama todavía complicado”.
Consideró que la política monetaria impulsada por el Banco de México es correcta pero limitada para contener la inflación, por lo que el gobierno federal debería contemplar políticas fiscales más restrictivas para controlar las expectativas inflacionarias y evitar el círculo vicioso de incrementar productos, nómina, proveedores, etcétera, pues sería “algo de nunca parar”.
Indicó que para ello, la gran mayoría de las empresas están soportando o aguantando la subida de los precios, renegociando con la proveeduría y tal vez, sacrificando los márgenes de utilidad con tal de poder seguir manteniendo las nóminas y hacer un poco más de volumen en los ingresos.