Por Raúl Hernández Moreno
El Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador se reunió con familiares de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, aprehendidos y ejecutados el 26 de septiembre de 2014 y dijo que se creará una comisión investigadora que esclarecerá el caso para dar con la verdad y hacer justicia.
Pero lo que resuelva esta Comisión será del agrado de muy pocos.
Es lo mismo que ha pasado siempre, cuando se investigó la matanza de Tlatelolco, la guerra contra la guerrilla, Acteal y otras matanzas.
Los mexicanos prefieren las teorías de la conspiración y los mitos a la realidad histórica. Así ha sido siempre. Que se murió Pedro Infante y de inmediato surgió el mito de que simuló su muerte para huir de la fama; que a Joaquín Pardave lo enterraron vivo; que a Emiliano Zapata no lo mataron en la hacienda de Chinameca, porque el cadáver que exhibieron no traía una manita en el pecho; que Mario Aburto no mato a Luis Donaldo Colosio y que él que está preso no es Aburto, y así hay casos y casos.
En el caso de Ayotzinapa hay 142 detenidos, entre ellos el ex alcalde José Luis Abarca y su esposa. La autoridad podría detener a otros 142 y eso no impedirá que los familiares insistan en protestar y en viajar fuera del país, financiados por quién sabe quién. Además van a insistir en que si “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. Ni que se pudiese clonar humanos.
El gobierno de López Obrador se va a encontrar con la imposibilidad de presentar vivos a los 43 jóvenes y las conclusiones finales van a convencer a muy pocos.
Y si en Estados Unidos, el fiscal Jim Garrison nunca logró esclarecer el crimen de John F. Kennedy, ¿por qué habría de resolver una comisión mexicana el caso Ayotzinapa? No hay ni la tecnología, ni la voluntad para resolverlo, como sí la había en el vecino país.
Pero además, en un país de incrédulos, lo que se resuelva sobre Ayotzinapa pocos lo creen.
La izquierda se va a enfrentar el hecho de que una cosa es opinar sobre crímenes colectivos y dar mil sugerencias sobre cómo resolverlos y otra cosa, ser el responsable de investigar y convencer sobre las conclusiones a que se llegue.
En otro tema, el Instituto Nacional Electoral hizo una invitación a los jóvenes que cumplen 18 años incluso el 2 de junio de 2019, a que tramiten su credencial de elector y puedan por primera vez ir a votar.
La urgencia estriba en que oficialmente el último día para empadronarse es el 15 de diciembre, es decir, quedan dos meses y medio.
Hay la posibilidad, nos dice Don Manuel Moncada Fuentes, titular del INE, de que se pueda ampliar la fecha de empadronamiento un mes o más, pero esta es una decisión que le corresponde al Instituto Electoral de Tamaulipas solicitarlo y mientras no se firme un convenio de ese tipo, la fecha tope sigue siendo el 15 de diciembre.
Así pues, ahí está la invitación a los jóvenes que cumplen sus 18 años antes de la elección, para que tramiten su credencial.