Por Raúl Hernández Moreno
Apenas Morena destapó como su candidato a diputado federal a Heriberto Cantú y este explora la idea de cambiar la candidatura por la presidencia municipal, en caso de que Carlos Canturosas no sea el nominado.
La versión la difundió el propio Heriberto, en una entrevista en el periódico de su familia, en la que señaló que Canturosas es la mejor alternativa para Morena, para competir por la presidencia municipal, pero por si alguna razón decidiera no participar, deja “la puerta abierta para que se me tome en cuenta para esa aspiración”.
¿Y en dónde queda Ramón Garza Barrios? Y de Oscar Alarcón, ni hablar.
Morena, en voz de Andrés Manuel López Obrador y de Héctor Garza, está convencido de que municipios como Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros se ganan aún sin candidato, lo que es un absurdo porque si un partido no registra candidato, no se la valida un solo voto.
Es cierto que Morena está de moda, pero de ahí a que pueda ganar con un candidato desconocido y que no haga campaña, hay mucha diferencia.
Pero además, Morena no tendrá los mismos votos si su candidato es Oscar Alarcón, Heriberto Cantú, Ramón Garza o Carlos Canturosas. Hay diferencias entre ellos y cada uno representa un potencial distinto para el partido.
A Andrés Manuel López Obrador le afectó la soberbia en el 2006 y en el 2012 y si la soberbia lo domina este año, le puede pasar lo mismo que le ocurrió en las dos anteriores elecciones.
El problema es que esta soberbia ya se la transmitió a otros que están convencidos de que Morena gana sin candidato. Se cumple la máxima de Joseph Goebbels: una mentira repetida mil veces termina convirtiéndose en verdad.
Si Morena quiere ganar tiene que hacer una campaña inteligente, de muchos recursos económicos y humanos. Lo vemos con el propio AMLO que tiene miles de espectaculares instalados por todo el país y millones de spots en los medios electrónicos. Ahí sí hay dinero.
En otro tema, Carlos Reséndiz asumió la presidencia del PRI y en su primera entrevista hizo un llamado a quienes renunciaron al partido en fechas recientes, a que regresen. Dijo que mantendrá una política de puertas abiertas para el que quiera volver.
Y mientras esto dice Reséndiz, la presidenta del PAN, Imelda Sanmiguel dice que no importa quién se vaya del partido, sin ellos el PAN ganará.
Habrá que decirle que en campaña todos los votos valen. No se debe despreciar a nadie, porque un voto puede hacer la diferencia. Por eso en campaña, aquí, en Estados Unidos, en Rusia o en Argentina, todos los individuos valen y se aplican las operaciones matemáticas: se suma a todos para multiplicar. Una vez que se es gobierno viene la etapa de dividir y luego restar.
No se trata de amarrar con cadenas al que se quiere ir. Pero sí debe haber un intento de convencimiento. Es lo menos que puede hacer un político que está al frente de un partido.