Por Raúl Hernández Moreno
Los medios nos quejamos de que las campañas federales están muy aguadas, de que el ambiente festivo del proceso electoral solo se siente al interior de los partidos, que los activistas son los únicos que traen prendido un cohete y sin embargo, ya se presentaron los primeros brotes de violencia.
Tanto el PAN como Morena han denunciado en estos días la vandalización de su propaganda. Ya hay denuncias ante la Fiscalía Especial para los Delitos Electoras y hoy, como ayer y siempre, es seguro que no se encontrará a los responsables.
Así ha sido siempre.
En el 2013, en el segundo día la campaña, el candidato del PRI a la alcaldía, Carlos Montiel denunció que manos desconocidas habían arrojado chapopote a uno de sus espectaculares. Nunca se supo quien había sido el autor.
Hoy el PAN denuncia, con video, fotos y hasta nombres, que sufrió el robo de algunas mantas.
A su vez, Morena exhibió fotografías de una camioneta con los logos del partido que fue pintarrajeada. Además, fue dañada propaganda en bardas y una gran cantidad de lonas desaparecieron.
La guerra sucia esta a todo lo que da y eso que todavía no inicia la batalla principal, es decir, el arranque de las campañas de presidente municipal.
Todo estos nos hace imaginar la intensidad con que se van a vivir las campañas, desde lo obscurito, desde el territorio y desde las redes sociales que pueden ser fabulosos aliados o terribles jueces, porque al amparo del anonimato hay quienes exhiben sus traumas y frustraciones.
Todo este clima de violencia abona al enojo social que se ve y se siente en todo el país.
En medio de todo esto, el ex candidato a diputado local por el PRI, Jaime Emilio Gutiérrez renunció a ese partido, del cual fue Secretario de Organización hasta hace unas pocas semanas.
Otro que también ya oficializó su salida del PRI, es el abogado Cipriano Tijerina que ahora anda de operador del PAN. En realidad había dejado al PRI hace mucho, pero mucho tiempo.
Y mientras tanto, el candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade visitó hoy Matamoros, Río Bravo y Reynosa.
Dijo que el ejército seguirá en las calles, que el tema de la reducción del IVA se tiene que analizar en un esquema global y que las detenciones de Eugenio Hernández y Tomás Yarrington no le afectan porque no están en la boleta.
En Matamoros, Meade optó por un evento en un lugar cerrado, en vez de uno abierto. Adiós a los actos multitudinarios.
Por cierto que en 1986, el PRI le organizó un galló al candidato a la alcaldía, Heberto Villarreal, en el que participaron más de 1,800 vehículos, entre los que había camiones de pasajeros, calandrias, tractores, autos clásicos, automóviles y camionetas de todo tipo, desde viejos a nuevos, motocicletas, bicicletas. La fila de vehículos lleno varios kilómetros y mientras las unidades avanzaban, otros esperaron más de una hora y media para poder integrarse. ¡Qué tiempos!