Por: Juan R. de la Sota
Los usuarios del transporte público urbano merecen un servicio seguro, ágil, cómodo y respetuoso, es decir eficiente y de calidad, lo ansían y hasta lo sueñan, pero a la fecha es una ambición que nadie les ha hecho realidad.
Por eso la revisión mecánica de los microbuses, puesta en marcha por el Gobierno del Estado, no debería ser un simple trámite, una simulación o un espacio para la corrupción con la exigencia de “cuotas” “moches” o “piscachas” en beneficio de malos funcionarios.
Altos mandos del gobierno tendrían que vigilar se aterrice una estricta y real supervisión que derive en el mejoramiento de las unidades transportistas e impedir en todo momento que a cambio de dinero se apruebe la revisión mecánica de vehículos que padecen fallas y no reúnen las condiciones de seguridad para los usuarios y peatones.
En Tamaulipas la mayoría del parque vehicular del transporte es obsoleto, inseguro, deficiente y hasta inhumano, pues los concesionarios no quieren invertir en la compra de unidades nuevas, a lo cual tienen que ser sujetos, pues los vehículos con los que operan ya no son aptos para una reparación.
Les resulta mejor adquirir una unidad nueva que arreglar las fallas mecánicas de las que andan en circulación, porque harán un gasto mayor y se descompondrán a los pocos días, es decir ya concluyó la vida útil de estos microbuses.
Es necesario y conveniente que las acciones de la Subsecretaría del Transporte en Tamaulipas, a cargo de Humberto Morado Cisneros, sean observadas, supervisadas o fiscalizadas por la Secretaría General de Gobierno.
Ello, porque existen denuncias de mismos empleados de esa dependencia de que en ésta se practican abusos de autoridad, nepotismo, amiguismo, compadrazgo y negociaciones con los concesionarios del transporte para tolerar sus irregularidades.
Se anunció el inicio de la revisión mecánica a más de un mil 600 unidades del transporte público en Tamaulipas. Es una buena medida del Gobierno Estatal, ya que la mayoría presentan fallas en los neumáticos y suspensiones, principalmente en taxis y microbuses.
Los ojos de máximas autoridades deberían establecerse en estas acciones, pues es un campo propicio para la corrupción que podría derivar un buen negocio a funcionarios ambiciosos e indeseables, y violadores de la ley.
Es una obligación aplicarles la revisión documental para que todos cumplan con la Ley del Transporte, pero lo más importante es exigir las buenas condiciones mecánicas de las unidades, para garantizar un servicio seguro, eficiente y tranquilo a los usuarios.
Por cierto, la Subsecretaría del Transporte del Estado, se está invadiendo de varios ex federales de caminos y lo más lamentable y preocupante es que son personas de no muy buenos antecedentes.
Un tal Francisco de Asis Bustamante Treviño, ex federal de caminos, recientemente fue designado subdirector de Modernización del Transporte Público y ya comenzaron en su contra las quejas por parte de los empleados, ya que ha asumido un comportamiento abusivo, grosero, altanero, intolerante y humillante.
Los empelados amenazaron con presentar una denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos y si es necesario harían un plantón de protesta, pues sus acciones son violatorias a la ley.
Si funcionarios como este participan en el programa de revisión del transporte, se debería tener mucho cuidado, porque este ex funcionario federal fue despedido por corrupto y los tamaulipecos no deberían permitir que gente forastera venga a humillarlos y a enriquecerse ilegalmente bajo la sombra del poder público.
El titular de la Subsecretaría del Transporte, Morado Cisneros, tiene que acabar con la negativa actuación de algunos malos funcionarios, porque de lo contrario muy pronto tendría encima plantones y manifestaciones de protesta.
Cambiando de tema, los priistas ya están urgiendo la inmediata salida de Sergio Guajardo Maldonado, del la dirigencia del PRI de Tamaulipas y de los líderes de los sectores CTM, CNC y CNOP, filiales de este instituto político, por ser los responsables de las derrotas de los candidatos priistas y del rápido debilitamiento de este partido.
Los inconformes manifestaron que “Checo” Guajardo y comitiva ya lograron la derrota electoral para el PRI, ya lo endeudaron y ya se dieron la gran vida con el financiamiento público de esta organismo político, por lo que ya no tienen más que hacer al frente del que hace varios años fuera el “partidazo” y por vergüenza y respeto al priismo estatal, deberían presentar su renuncia a la dirigencia y al propio instituto político.
Lo mejor que le podría pasar al PRI, es que sus altos mandos designen a un nuevo dirigente y secretario general concertador, con experiencia y capacidad política, trabajador, amigo de los priistas, con indiscutible honestidad y transparencia y para cuyos cargos se siguen manejando a cuatro reconocidos militantes priistas.
Para dirigir al PRI tamaulipeco hay quienes siguen mencionando al ex alcalde reynosense Oscar Luebbert Gutiérrez, al delegado de la SCT en San Luis Potosí, Cesar García Coronado, al ex líder del Congreso del Estado, Ramiro Ramos Salinas y al ex secretario general de Gobierno Jaime Rodríguez Inurrigarro.
Grupos de priistas están manifestando el apoyo al neolaredense Ramiro Ramos Salinas, el cual consideran que en los últimos años ha fortalecido su capacidad y experiencia política y porque cuenta con buenas relaciones con varios políticos que se desenvuelven en la política nacional.
Además, ha realizado un buen trabajo como dirigente de la CONALPRI, como diputado local y en varias encomiendas para la dirigencia nacional priista.
Ramiro Ramos, tiene buena aceptación entre los priistas tamaulipecos, lo consideran un político sencillo, joven, cercano a la gente, respetuoso, sincero, trabajador, conciliador, concertador y sobretodo leal al partido, la gente lo conoce bien, porque como diputado presidente del Congreso Local, hizo bien su trabajo en su responsabilidad y supo atender a la militancia priista.
Oscar Luebbert, Cesar García y Jaime Rodríguez, son buenos políticos, leales y cumplidores en su responsabilidad en cualquier trinchera, sin embargo, será la dirigencia nacional del PRI, la que decida quién será el nuevo presidente de este partido en Tamaulipas y tendrá que ser un político que venga a darle fuerza a este partido moribundo.
En otro asunto, en donde por fin se dio inicio el proceso de entrega recepción es en el municipio de Tampico con la asistencia de los dos comités de enlace y ante la presencia de la alcaldesa Magdalena Pereza Guerra y el Presidente Municipal Electo Jesús Nader Nasrallah.
Pereza Guerra, expresó que se darán facilidades a los funcionarios que designo “Chucho” Nader para cumplir con esta encomienda que se realizará en un ambiente de respeto y de acuerdo a lo establecido por la ley.
El alcalde electo de Tampico, agradeció las facilidades que el gobierno saliente les dará para recibir todos los bienes que posee el Ayuntamiento porteño.
Por cierto, Magdalena Peraza Guerra, no ha definido cual será su futuro político. No ha decidido si se mantendrá en el PRI y cambiará de partido, para posteriormente buscar un puesto de elección popular.
No se descarta que pida su ingreso al partido Morena, como muchos políticos priistas lo están haciendo, principalmente de la zona sur del Estado, en donde sigue la inconformidad de militantes morenistas por el arribo inmerecido de políticos priistas que han llegado a quitarles candidaturas y que les arrebatarán puestos federales.
El dato: El dolor de cabeza de los ciudadanos tamaulipecos sigue siendo la falta de agua potable y la inseguridad pública, por lo que los diputados federales, los senadores y los legisladores locales, deberían unir esfuerzos para ayudar a los gobiernos locales a resolver estos graves problemas que durante mucho tiempo han flagelado a diversos sectores de la población.