
El desplome en la regularización de autos “chocolate” estaría relacionado al rechazo de venta, al prohibir la Oficina Fiscal del cambio de propietario
Sorpresa para los propietarios de vehículos “chocolate” que ya fueron integrados al programa de regularización, al ser rechazados para su venta, aun cuando el decreto no contempla esta limitante.
Javier Claudio / LA RED DE ALTAMIRA
TAMAULIPAS.- Sorpresa para los propietarios de vehículos “chocolate” que ya fueron integrados al programa de regularización, al ser rechazados para su venta, aun cuando el decreto no contempla esta limitante.
“En la Oficina Fiscal se les ha rechazado para realizar el cambio de propietario, gestión que se realiza de manera natural cuando se vende una unidad motriz, al argumentarles a los dueños que no está permitida la venta de autos chocolates beneficiado con este programa”, declaró Juan Enrique Mondragón Martínez.
Juan Enrique Mondragón Martínez, responsable del “Programa Identifikt”, coadyuvante en la región de regularización, hizo saber también sobre el desplome de este programa del Gobierno Federal.
“Apenas fue ampliado el 28 de diciembre hasta el último de marzo y cayó severamente esta gestión. Creemos esté relacionado ahora, al impedimento de vender el vehículo ya con el beneficio”, comentó.
Hizo saber que muchos de los dueños de vehículos chocolates, decidieron regularizar uno de tres que podrían tener en propiedad, en varios de los casos, esto con el fin de invertir para reparar los otros.
“La inconformidad surge desde el punto de vista que el decreto de regularización no contempla en su contenido la no venta de la unidad motriz y como ya es usual en este tipo de operaciones, significa que no está prohibido”, comentó Mondragón Martínez.
Hizo saber que son varios estados los que han rechazado la realización del cambio de propietario de vehículos “chocolate”, como proceso natural para venta, tal vez en el acuerdo de los mismos estados.
El desplome de este tipo de regularización amparada por el Gobierno Federal estaría contemplado en un 85 por ciento, lo que también se aduciría en los efectos económico de la llamada “cuesta de enero”.