Ahora los jóvenes -según dicen- ya no buscan leer a excepción de artículos amarillistas o de la farándula.
Los pocos que acuden a las bibliotecas, que en su mayoría son personas que sobrepasan los 25 años piden que los títulos sean nuevos, pues señalan que este pudiera ser el motivo de que estos lugares ya no sean tan visitados.
Nora castro / LA RED
TAMPICO.- La falta de hábito por leer está creciendo y cada vez son más los que desairan el poseer un buen libro o revista de la cual se pueda aprender, por lo que quienes ofertan lectura se quejan de que los clientes están desapareciendo.
Algunas revistas de tipo científico que circulaban por Tampico, que poseía el tercer lugar a nivel nacional en lecturas de este giro ya no llegan a la zona, debido a que nadie las adquiere.
Profesores y encargados de bibliotecas adjudican dicen que el conflicto se origina desde casa, pues los padres no ponen atención a la educación de sus hijos, o bien la tecnología los acapara, según dijo More Castillo Directora de Bibliotecas en Tampico.
“Pues mira, tu sabes que esa labor empieza en casa lo primero que se necesita es que los padres lean para que los hijos también puedan leer, tu sabes que el ejemplo esto es lo que finalmente va a funcionar tu muchas veces estás viendo que el niño le está llamando a la mamá o al papá y la mamá no deja su celular no lo hace a un lado no deja el teléfono esperame tantito ahorita te atiendo yo creo que todas esas cosas”, reprochó la también maestra.
Las generaciones que acuden a bibliotecas o incluso estanquillos donde se vendían revistas científicas han quedado atrás pues ahora, los jóvenes -según dicen- ya no buscan leer a excepción de artículos amarillistas o de la farándula.
Los voceadores de la zona se quejan de que los jóvenes simplemente “ya no quieren nada” y lo único que llegan a vender es “el periódico amarillista de las noticias”.
Los pocos que acuden a las bibliotecas, que en su mayoría son personas que sobrepasan los 25 años piden que los títulos sean nuevos, pues señalan que este pudiera ser el motivo de que estos lugares ya no sean tan visitados.
Lectores argumentan que en estos espacios “ya los libros están obsoletos y hasta feos de la carátula”, por lo que piden que las autoridades se dediquen a llevar mejor literatura.
El hecho es que, cada vez son menos las personas que compran o regalan un libro o una buena revista de la cual crezca la cultura o comprensión y el problema amenaza con crecer convirtiéndose también en el primo hermano de las faltas de ortografía ya que los profesores insistieron en que “si no se sabe leer, tampoco se sabe escribir”.