PILAR DANTÉS / LA RED DE ALTAMIRA
TAMPICO.- Como cada año que se aproxima el 24 de diciembre, cuando por la noche se celebra el nacimiento de Jesús con diferentes representaciones, principalmente la peregrinación de María y José por diferentes e intrincados rumbos debido a la persecución de que eran objeto por el ejército romano, el obispo de la Diócesis Tampico, José Armando Álvarez Cano, envía el mensaje de paz y amor para la feligresía.
“Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”
(Mt 5,9)
En el escrito, el prelado envía “Un cordial saludo y que la paz de Cristo reine en sus corazones en esta Navidad”.
Continúa diciendo que “En el corazón de estas fiestas de Navidad se encuentra un hermoso regalo: “la paz”. Ya los mismos ángeles que anuncian gozosos este acontecimiento a los pastores de Belén cantaban: “Gloria a Dios en el cielo y paz a los hombres de buena voluntad” (Lc 2,14). Del mismo modo, Jesús en diversas ocasiones habla a sus discípulos de este preciado don, “mi paz les dejo, mi paz les doy; no se las doy como la da el mundo” (Jn 14,26).
El obispo señala que “Para nosotros los cristianos, la paz no es sólo un estado de armonía y bienestar entre las personas, sino que es una persona, es aquel niño nacido en Belén de una Virgen Madre, como dirá el apóstol: “El es nuestra paz” (Ef 2,14), porque Él ha venido a reconciliarnos con Dios y entre nosotros, a derrumbar los muros del egoísmo y la maldad que nos separan”.
Describe que “En un entorno global de guerra entre algunas naciones, los escándalos sociales que vivimos cada día, la voluntad de sembrar cizaña dividiendo a nuestros pueblos y una sociedad secuestrada por la delincuencia organizada, son situaciones que no deben hacernos olvidar que somos herederos de misioneros de paz, comprometidos a trabajar por una patria más justa, unida y tolerante”.
“La Navidad debe ser un momento plano de la presencia de Dios, que nos llene de fe y esperanza, que renueve en nosotros el deseo de un mundo más humano y en paz. No han de ser solo buenos deseos, sino compromisos por la vida y la dignidad de todas las personas que es el origen de una paz duradera. El nacimiento de nuestro salvados nos ha de recordar la llegada del “Emmanuel”, esa presencia morosa del Dios con nosotros, que camina a nuestro lado para llenarnos de paz y alegría”.
¡Feliz Navidad y bendecido año 2023!, concluye.
El obispo José Armando Álvarez Cano invita a la población a vivir con alegría y devoción el nacimiento de Jesús, el mesías.