Por:Mario Vargas Suárez
Ayer lunes, después del mediodía, varios gobernadores, entre ellos el de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, legisladores de la Cámara de Diputados y otros tantos de la de Senadores, acompañaron al presidente de la República, Enrique Peña Nieto y a su Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, para dar a conocer el Modelo Educativo que se propone lograr en el 2028.
El escenario fue el Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo donde también hubo profesores, niños uniformados y padres de familia. Amén de altos funcionarios de la educación federal y de instituciones asociados a esta prestación social y del magisterio.
Según Aurelio Nuño, el Nuevo Modelo Educativo deberá centrarse en cinco ejes y me parece que cada uno tiene sus “detalles”.
El planteamiento se hizo con caricaturas, lo que significó que la explicación de la pretensión fue más light. Aunque me recordó aquél pasaje cuando una docente de la Normal de Educadoras Victoria, encaró al titular de educación -en otro sexenio- para pedirle explicación con ‘manzanitas’ de las razones por las que no obtenía la plaza que había ganado en concurso nacional y no se le entregaba.
La Reforma de Peña empieza por la autonomía de las escuelas, donde pide la inclusión de los involucrados, como padres de familia, maestros, estudiantes y comunidad en general. Aunque no se aclaró si la autonomía se refería a cuestiones presupuestales para el mantenimiento del edificio, para cuestiones curriculares, etc.
También se refirió a los planes y programas de estudio cuyos ejes se centran en la enseñanza del lenguaje, el pensamiento matemático, la formación cívica y la ética. En este sentido es la federación quien dictará no solo los contenidos, sino la metodología con la que deberá trabajar el docente. Nada nuevo, siempre se ha hecho de esta forma.
También se habló de que los Maestros seguirán con la evaluación académica, como medio de la profesionalización de los docentes y que empieza desde las escuelas normales que les forman.
La lógica simple dice que si los planes y programas de las escuelas: preescolar, primaria o secundaria se modifican en su contenido y su metodología de enseñanza, por consecuencia las escuelas normales deberán también modificar su currícula.
La buena noticia es que al cubrir las exigencias del Estado, los maestros en servicio prácticamente aseguran mejoras en su percepción salarial. En otras palabras, aquello de Carrera Magisterial -ahora en la basura- volverá modificado.
El Modelo Educativo de Peña Nieto, también habla de la Inclusión y la Equidad, buscando la creación de condiciones óptimas para garantizar un acceso efectivo a una educación de calidad, reconociendo capacidades, ritmos y estilos de aprendizaje de los alumnos.
Lo que no quedó en claro, es aquello de “…redoblar esfuerzos para destinar mayores recursos educativos a la población estudiantil en condiciones de vulnerabilidad o desventaja…” Quizá sea que el estado sea quien haga el esfuerzo. Pese a las limitaciones presupuestales de la época.
Finalmente se hizo alusión a la Gobernanza del Sistema Educativo, cuando se busca la participación integral de maestros, educandos, padres de familia, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, legisladores y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE). ¿Se podrá? Me parece un ideal, aunque convengo con aquello de que “nunca digas no.”
El modelo educativo de Peña Nieto empieza el siguiente ciclo escolar 2017-2018 con prospectiva al 2028, solo que el primer domingo de junio serán las elecciones para cambiar al poder Ejecutivo, legisladores, algunos gobernadores… ¿También de modelo educativo?