Por Raúl Hernández Moreno
Ante una abarrotada plaza Juárez, el gobernador Américo Villarreal Anaya encabezó la ceremonia del grito de la Independencia y dedicó vivas a los independentistas tamaulipecos Bernardo Gómez de Lara, Felipe De la Garza e Isadora Ovalle.
Acompañado por su esposa, la presidenta del DIF Estatal, doctora María de Villarreal, y los titulares de los Poderes Legislativo y Judicial, salió al pórtico principal de Palacio de Gobierno.
Tras recibir la Bandera Nacional de manos de la Escolta del 77 Batallón de Infantería, evocó el llamado del Padre de la Patria, Miguel Hidalgo, al pueblo de Dolores aquella madrugada del 16 de septiembre de 1810.
Hoy, Villarreal Anaya presidió el desfile cívico-militar, en el cual participaron 4,384 elementos de las Fuerzas Armadas, instituciones educativas y agrupaciones especiales, organizados en 39 contingentes.
Acompañado por la presidenta del DIF Tamaulipas, María de Villarreal, así como por el general Julio César Islas Sánchez, comandante de la 48 Zona Militar, y el contralmirante Carlos Eduardo L’Eglise Escamilla, comandante de la Primera Región Naval, el gobernador presenció el paso de los contingentes a lo largo de la Avenida Tamaulipas, donde miles de familias tamaulipecas se congregaron.
En el desfile también participaron 38 vehículos militares, 16 vehículos de la Guardia Nacional, 42 vehículos y cinco helicópteros de la Guardia Estatal, cuatro vehículos de Protección Civil y Bomberos, siete vehículos de la Cruz Roja, y 85 caballos pertenecientes a la Federación Mexicana de Cabalgantes, la Asociación de Charros Praxedis Balboa y la Unidad de Agrupamiento Montada de la Secretaría de Seguridad Pública, además de 34 perros entrenados.
Uno de los momentos más aplaudidos por los asistentes fue cuando cinco helicópteros de la Secretaría de Seguridad Pública sobrevolaron el cielo victorense, uniéndose a ellos en un segundo vuelo un helicóptero de la Coordinación Estatal de Protección Civil.
A su vez, aquí en Nuevo Laredo, la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas dio el grito la noche del domingo, ante más de 30 mil personas y éste lunes encabezó el desfile de la independencia, con la participación de 60 contingentes.
Fueron 48 escuelas desde primarias hasta universidades, tres carros alegóricos, 11 sonoras bandas de guerra, dos escuelas de pentatlón, tres asociaciones de cabalgantes y militares de la Secretaría de la Defensa Nacional para un total de 4 mil 711 participantes.
En otro tema, un video del diputado electo Sergio Ojeda Castillo se viralizó en redes sociales, luego de que en una reunión dio el grito de Dolores, pero se le olvidó el nombre de la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez y le impuso el de “Josefa Ortiz de Pinedo”.
El corto video de su garrafal error alcanzó altos niveles de audiencia en plataformas como Facebook y WhatsApp y abundaron los memes, desde el comediante Jorge Ortiz de Pinedo, caracterizado como doña Josefa, acompañado de frases en el sentido de que si Ojeda es de lo mejorcito que tendrá el próximo Congreso, ¿cómo estarán los demás?
Ojeda solo estaba obligado a aprenderse los nombres de los insurgentes, y gritarlos. No tenía necesidad de conocer los mínimos datos biográficos de cada uno de ellos. Pero ni el nombre de doña Josefa se aprendió.
Si con la ligereza con que dio el “grito” va a subir a la tribuna del Congreso, mejor que no lo haga. Si encima tiene que debatir con Ismael García Cabeza de Vaca o Vicente Verastegui, no lo haga: lo van a humillar, porque ellos tienen más experiencia en el debate.
Morena no tiene necesidad de desgastarse en debatir con los diputados del PAN, que para eso tendrá la mayoría calificada. Con que Ojeda levante el dedo cuando se lo ordene su pastor Humberto Prieto, será suficiente.
Lo mismo aplica para la reelecta diputada Gabriela Regalado que le hace el feo a Nuevo Laredo y ya se vive en Tampico, donde dentro de tres años buscará la alcaldía del puerto jaibo, convencida de que si en esta frontera no lo logró allá sí lo conseguirá. Soñar no cuesta nada.