
Raúl Hernández Moreno
Cuando Ciro Gómez Leyva entrevistó a Andrés Manuel López Obrador, este se negó a enviar un mensaje de solidaridad con el pueblo venezolano que es asesinado por el gobierno de Nicolás Maduro.
A lo más que se atrevió fue a sugerirle a los venezolanos copiar el ejemplo de Gandhi, Luther King y Nelson Mandela y decir no a la violencia, a pesar de que esta viene del gobierno de Maduro.
Por esos días, el presidente del Partido de Trabajo, Alberto Anaya, viajó a Corea del Norte, junto con legisladores de su partido, para reunirse con el dictador Kim Jong y brindarle la solidaridad de los “mexicanos”.
Ahora, la embajada de Venezuela dio a conocer un tuit en el que aparece su embajadora María de Lourdes Urbaneja, con otras personas y al fondo una manta con el logotipo de Morena y en el cual hace notar “el acompañamiento de Morena, su solidaridad y apoyo irrestricto a la Revolución Bolivariana”.
El dirigente Martí Batres salió a decir que “Morena se guía por el principio de no intervención en asuntos internos de otros países. Solo corresponde al pueblo venezolano resolver sus propios problemas y decidir sobre su destino”.
Eso sï, si viviera Fidel Castro, Morena se desbocaría en respaldarlo abiertamente, haciendo a un lado al pueblo cubano.
Con todo y que hay cierto sector de la izquierda mexicana que se desvive en elogiar a Cuba, Venezuela, Corea del Norte, Bolivia, no deja de ser extraño que no opten por irse a vivir allá. Y también es extraño que con todo y lo fabulosos que son esos países, cada año son miles los que los abandonan y buscan refugio en otros lugares. Lo lógico sería que si son fabulosos, recibiesen miles de solicitudes de migrantes.
Cuando la Alemania nazi empezó a mostrar su rostro hostil, miles de alemanes, como Albert Einstein, prefirieron dejar su país, para no complicarse la existencia. E igual paso con la España de Franco.
En un nivel más global, cuando la URSS decidió una ligera apertura, una de sus primeras consecuencias fue la separación de naciones como Ucrania, Bielorruisa, Estonia, Lituania, Moldavia, Letonia, Kasajistan, entre otras. Tan mal les fue con el comunismo impuesto por Stalin que a la primera oportunidad, se separaron de la URSS, con todo y lo “fabuloso” de su gobierno.
López Obrador y Morena están en libertad de apoyar Maduro, de la misma manera que Anaya apoya a Jong, pero que no nos quieran engañar con el cuento de que son demócratas y al mismo, respaldan a dictadores, por más tropicales que sean. Habrá quienes el próximo año decidan que su voto sea para Morena o el PT, están en su derecho. Esperemos que sean los menos, porque la verdad es que con todo y lo tramposos que son los partidos y los políticos mexicanos, es preferible tenerlos a ellos que a un Nicolás Maduro o a un Kim Jong que lo primero que harían sería acotar la libertad de expresión, para después suprimirla. No les gusta que se les hagan señalamientos y menos que alguien se mofe cuando platican con pajaritos o vacas.