Por Raúl Hernández Moreno.
Dos fuertes golpes recibió el PRI, que lo debilitan aún más de lo que ya está.
Primero los tres sectores CTM, CNOP y CNC, además de seis organizaciones, alzaron la voz para protestar por la imposición de Eliseo Castillo como dirigente interino del PRI y por el menosprecio con que se les ha tratado.
Semanas atrás, Sergio Guajardo rechazó la propuesta de los sectores para que Rafael Nolasco fuera dirigente del PRI. No solo la rechazó, sino que además después se manejó la versión de que como no se pusieron de acuerdo, hubo necesidad de imponer a Eliseo.
No solo se hizo a un lado a los sectores, desde entonces no se les ha convocado a ninguna reunión y tampoco se les tomó en cuenta en la designación de 14 carteras en las que solo se le dio una posición a las mujeres.
Y ante el desaire, los sectores se reunieron en las instalaciones de la CTM y desde ahí le enviaron el mensaje a Sergio Guajardo y a Eliseo Castillo, que no pueden obligarlos a hacer lo que ellos quieran.
Se pronunciaron contra las imposiciones y Rafael Pérez Pensamiento aclaró que no están contra el partido, sino contra las malas decisiones de sus dirigentes.
Como si la rebelión de los sectores no fuese suficiente, se formalizó la renuncia del ex alcalde Ramón Garza Barrios al PRI para integrarse a Morena, en calidad de candidato a la diputación federal o la presidencia municipal.
Es un duro golpe al PRI y su impacto lo veremos en los próximos meses.
Obviamente Ramón no se va solo: espera llevarse a varias decenas de personajes, unos de manera abierta y otros encubiertos, incluido otro ex alcalde, Horacio Garza Garza.
Cuando Ramón fue diputado y luego alcalde, construyó una red ciudadana que le fue de gran ayuda. Eran ciudadanos apartidistas que decidieron sumarse no al PRI, sino a Ramón Garza Barrios. Creyeron en él.
En el PRI a Ramón lo aisló la clase política. Muchos no le perdonan la forma en que gobernó cuando fue alcalde. Por eso, poco hicieron para defenderlo durante los seis años de acoso político durante los trienios de Benjamín Galván Gómez y Carlos Canturosas que se dedicaron a golpearlo un día sí y otro también y en el caso de Canturosas hizo todo lo posible para meterlo a la cárcel.
Ramón se va a Morena y ahí tendrá el apoyo del periódico El Mañana, de la misma manera que lo tuvo cuando fue alcalde.
Ramón sabe que de Morena, de sus militantes, poco puede esperar, pues son pocos y todos se sienten generales. Tendrá que construir su propia estructura territorial y sus propias fuentes de financiamiento, y lo va hacer, pero en este momento no se sabe de qué tamaño, pues necesita no menos de mil activistas de tiempo completo y cuatro o cinco mil más que sirvan de apoyo. Y Morena lo más que puede aportarle son sus muchos generales sin tropa.