Por Raúl Hernández Moreno
No es la primera vez que al frente de la Dirección de Comunicación Social se asigna a un elemento que no es ni periodista ni comunicador.
Antes de la designación de Samuel Lozano Molina, en el período 1997-1998 estuvo Guillermo Benavides Valdez, dedicado, antes y después de ese cargo, a la educación.
A lo largo de más de un año y medio, el maestro Benavides cumplió con su responsabilidad con mayor eficiencia que varios de los comunicadores de oficio que le antecedieron y los que le siguieron. Benavides era un facilitador de la comunicación. Concertaba entrevistas entre funcionarios y reporteros; si alguien carecía de vehículo para trasladarse a un evento público, lo auxiliaba; sí se requería el audio de una conferencia, con él se conseguía; informaba oportunamente de la agenda de actividades del alcalde y funcionarios. La gran ventaja que tenía, era ser amigo del alcalde Marcos Alejandro García, lo que facilitaba estar comunicados.
En el caso de Samuel Lozano, llega sin experiencia en el área de comunicación, pero con la ventaja de ser amigo del alcalde Enrique Rivas lo que puede ayudarle a comunicar las actividades del presidente.
Ciertamente las circunstancias actuales no son las mismas de 1997-1998, porque ahora se tiene la presión de ir por una reelección, pero es cuestión de que Samuel Lozano se apoye en elementos que sí conozcan de comunicación y lo auxilien para difundir lo que al gobierno municipal le interesa y le ocupa.
No es un reto fácil, pero tampoco es algo tan complicado. Todo es cuestión de meterse a fondo, apoyarse en sus colaboradores, saber escuchar, dejarse ayudar, corregir errores, proponer estrategias de difusión, trabajar en equipo.
Samuel Lozano dedicó las últimas dos semanas a revisar algunos temas sobre la comunicación, se dedicó a conocer las relaciones entre concesionarios y dueños de medios con el Ayuntamiento, de las relaciones entre reporteros y ayuntamiento, a revisar estadísticas sobre el impacto real de cada medio, porque una cosa es el auditorio que los medios pretenden tener y otro el real, que siempre tiene números mucho más modestos que los que se manejan oficialmente.
Le deseamos suerte al señor Lozano, la va a necesitar.
En otro tema, el fin de semana viajamos a la ciudad de Monterrey y pudimos comprobar que circulando de sur a norte, la carpeta asfáltica del tramo que va del kilómetro 83 al 65, ya está deteriorada. Hay muchas protuberancias en el pavimento, los vehículos saltan al no estar parejo el terreno. Y es una lástima, pues se repavimento hace algunos meses. Del kilómetro 65 al entronque con la autopista, la carretera tampoco esta pareja, pero ahí no se hizo nada.
En cambio el cuerpo que viene de norte a sur, si esta parejo, con sus rayas bien definidas, con señalamientos etc. Esperemos, a ver cuánto más dura en buen estado.
Ahí le encargamos señor diputado Baltazar Hinojosa, que vuelva a interceder por Nuevo Laredo para que se repare la carretera nacional, de preferencia con un material más durable, pues en esta ocasión el gusto nos duró poco