ES UNA ESPECIE ENDÉMICA DE LA ZONA
Ecología desmiente mitos urbanos y señala que buscan posarse en la parte más alta de edificios y torres eléctricas. Aclara que el único depredador del zopilote son los humanos, quienes los consumen en la zona rural para remedios.
ESPECIAL / LA RED DE ALTAMIRA
ALTAMIRA.- Por creencias religiosas y mitos urbanos, admirados por la presencia de decenas de zopilotes rondando la zona centro de la urbe industrial, ciudadanos han mostrado su inquietud debido a que aseguran se trata de presagios sobre alguna mala racha, una nueva pandemia, la afectación de algún fenómeno social, los más realistas aseguran que se trata de la presencia de desechos.
Para confirmar tal situación, el Departamento de Ecología en el municipio de Altamira, llevó a cabo las indagatorias correspondientes, descartando algún tipo de irregularidad en el edificio donde desde hace varios días, decenas de zopilotes se encuentran apostados regularmente por las tardes, lo cual ya habría generado alarma entre la población.
De acuerdo a lo informado por el biólogo Gabriel Alejandro Cruz Resendiz, señaló que en Altamira hay dos especies de zopilotes, la de cabeza negra y la de cabeza roja, la más arraigada es la primera, refiriendo que son especies importantes porque se dedican a alimentarse de animales muertos en descomposición, para reintegrarlos a la cadena orgánica.
Aclaro que la razón por la que son vistos en el citado edificio es porque es el más alto de la ciudad, y a ellos les gustan las alturas, se posan sobre torres de luz y edificios altos para poder ver, añadiendo que en los últimos años han aumentado en base a la cantidad de desperdicios, tienen un estomago muy fuerte para alimentarse de materia en descomposición.
Por último, dijo que se les debe respetar, hay gente que se los come porque dicen que sirve para curar el asma, el cáncer y otras enfermedades, sin embargo se les invita a la población a no caer en pánico, son animales sedentarios y resistentes a condiciones y enfermedades diversas, por lo que no es común que lleguen a atacar a las personas.